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Fuerza Mortal

Esgrimiendo insultos y un arma, Roy Warden amenaza de muerte a los latinos rutinariamente. Algunos observadores temen lo peor.

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TUCSON, Arizona -- La misa del domingo ya había empezado en la catedral de San Agustín. Afuera, la quietud y tranquilidad del aire estival apenas se veían alteradas por unos cuantos pájaros chirriando en el atrio cercano a la entrada. Pero la serenidad no había de durar. Un auto se estacionó y de él bajó un hombre mayor con anteojos cargando una pistola y un altavoz, con dos camarógrafos a su mando.

Procediendo raudamente, colocó una colección de sillas de jardín en la acera pública frente a la catedral católica, luego encerró en un círculo las sillas de jardín con lo que parecía ser una serie de sogas para saltar rosadas y plantó dos banderas estadounidenses. Con la bravata de un luchador profesional, se introdujo en el cuadrilátero de sogas que había creado, arrojó una bandera mexicana y ceremoniosamente la pisoteó, aplastándola con los talones para que las cámaras lo grabaran.

Luego encendió el altavoz y se dirigió a los fieles dentro de la catedral de San Agustín.

"Ustedes parecen no comprender lo que significa territorio prohibido, ¡ya sea el ano de un niño o la frontera estadounidense! Simplemente quieren llevar las cosas al extremo, ¿verdad?", gritó con el rostro enrojecido de furia. "Los estaremos enviando de regreso a México en dos patadas". Y escupió. "¡Acostúmbrense! Mi nombre es Roy Warden, ¡yo quemo banderas mexicanas!".

Perímetros de defensa
Con una riñonera cargada con botellas de agua sujeta a su abdomen, una Glock de 9mm en sus caderas y un megáfono para amplificar su ira, Roy Warden, de 59 años, surgió esta primavera como uno de los personajes más controversiales, volátiles y, muchos creen, peligrosos del movimiento anti-inmigración del país. Junto a sus ocasionales colaboradores Russ Dove, ex líder militar y convicto por robo de autos, y Laine Lawless, fundadora del grupo Guardianes de la Frontera (Border Guardians) quien a principios de este año instó a los neonazis a que aterrorizaran a los hispanos, Warden ha quemado y pisoteado banderas mexicanas en público, ha estado a punto de originar por lo menos un disturbio, ha causado caos de forma regular en los procedimientos del Concejo de la Ciudad de Tucson y ha enviado una amenaza de muerte por correo electrónico a un notable defensor público local. Sin seguidores regulares y sin siquiera un grupo designado que lo respalde, Warden es una banda de odio compuesta por un solo hombre que se dedica a denigrar inmigrantes, un hombre tan indómito que otros activistas anti-inmigración lo evitan por considerarlo una vergüenza.

Las tácticas de Warden son exageradas incluso para la zona sur de Arizona, un semillero de extremismo anti-inmigración muy antiguo. Una práctica típica de Warden consiste en delimitar un "perímetro de defensa" con sogas en una acera pública o en un parque de la ciudad, pararse en él y amenazar con dispararle a cualquiera que cruce su línea, para después pisotear y quemar una bandera mexicana a la vez que grita insultos por el megáfono. En una ocasión reciente, llamó a los inmigrantes mexicanos "cobardes y traidores que han abandonado el sueño de Zapata y Marcos para alimentarse como perros de las migajas en las mesas de los gringos".

Tucson se encuentra ubicada a 70 millas de la frontera. El treinta y cinco por ciento del medio millón de residentes de la ciudad son de ascendencia mexicana. No es inusual que Warden atraiga a una multitud furiosa, a cuyos miembros posteriormente acosa e insulta con amenazas de muerte expresadas con palabras cuidadosamente elegidas, tales como "Si tratan de infligir un daño mortal a mi persona, ¡los reviento a balazos, carajo!".

Se puede percibir a Warden como un lunático delirante, pero es bien versado en las leyes de libre expresión y de defensa personal, y ejercita sus derechos al máximo. Tal como explicó al Concejo de la Ciudad de Tucson el pasado mes de mayo: "Estoy autorizado a usar la fuerza mortal a fin de proteger mi propia vida. Ahora les diré lo que esto significa. Esto significa que contaré con un perímetro, hablaré a través de un altavoz en el barrio, en cualquier lugar que yo desee, y si alguien trata de asesinarme, trata de invadir mi posición, ¡descargaré mi escopeta en su cara!".

Al ser entrevistado por Intelligence Report, Warden no negó sus comentarios anteriores. "Mi seguridad, y la seguridad del público y la seguridad de aquéllos que se oponen a mis puntos de vista, están mejor garantizadas cuando todos —la policía, los campesinos sureños, los activistas de frontera abierta, los jueces, el alcalde, el Concejo de la Ciudad, etc., etc.— realmente comprendan que le volaré la maldita cabeza a cualquiera que intente aplicar la fuerza mortal en una amenaza inminente contra mi persona".

Déficit de atención
Como muchos que han visto a Warden en acción, Matt Lowen, un activista de derechos humanos que trabaja para el Comité de Servicios de los Amigos Estadounidenses (American Friends Service Committee), sospecha que Warden puede padecer de "serios problemas mentales". "Me recuerda a un niño que no recibe la atención necesaria y que con continuas pataletas lo que consigue es atraer atención negativa", expresa Lowen.

Las rabietas de Warden han sido sancionadas con frecuentes palizas por parte de los medios de comunicación de Tucson, además de dos arrestos en los últimos seis meses. Asimismo, su sitio web ha sido víctima de piratería, y Warden asegura que la razón por la que ahora vive en su auto es que se lo desalojó de su vivienda alquilada en represalia por sus manifestaciones. También asegura que pandilleros en pantalones anchos lo han seguido y que ha recibido muchas amenazas de muerte desde lugares tan lejanos como Colombia.

Independientemente de que sea un lunático o de que sólo actúe como tal para causar conmoción, Warden hace que sea imposible ignorarlo, y sus opositores dicen que es el producto natural, así como también un símbolo, del cada vez más áspero tono que ha tomado el debate nacional sobre la inmigración, un debate en el que las mentalidades y métodos que en el pasado se consideraban extremos han pasado ahora a ser lo que se considera normal. Hace tres años, los partidarios anti-inmigración de línea dura eran descritos con frecuencia como elementos extremistas inestables por los medios de comunicación más importantes, con el Presidente Bush catalogando a un grupo de "vigilantes". Ahora, el presentador de noticias Lou Dobbs se refiere a ellos como héroes y patriotas en la cadena de televisión CNN.

"La demagogia y victimización de los inmigrantes por parte de figuras públicas en los medios de comunicación nacionales ha alentado a los Roy Wardens del mundo a ser más descarados y violentos", dice Rich Stolz, un organizador de los derechos de inmigración que vive en Tucson y trabaja para el Centro para el Cambio Comunitario (Center for Community Change). "Mientras se permita sin cuestionamientos la propuesta de políticas fundamentalmente violentas tales como la militarización de las fronteras, el vigilantismo, las deportaciones en masa y los campos de concentración para inmigrantes en el debate público sobre la reforma inmigratoria, cualquier persona con una mentalidad como la de Roy Warden sentirá que cuenta con un pase libre a usar la plataforma anti-inmigración para predicar odio y violencia".

Muchos en Tucson se preocupan de que sólo sea una cuestión de tiempo antes de que Warden le dispare a alguien o de que alguien le dispare. "Él sólo está esperando el momento en el que se sienta amenazado, en el que se invada su espacio, y esa arma será disparada", asegura Lowen. Mientras tanto, a medida que las bufonadas y la retórica de Warden se vuelven más incitantes, consumen más tiempo y energía entre las fuerzas a favor de la inmigración en la región fronteriza de Arizona. En este sentido, Warden es un éxito, una distracción estratégica. "Los activistas en la comunidad latina realmente no pueden hacer nada más que pensar en Roy Warden, seguirlo con las cámaras esperando a que cometa un error", expresa Lowen.

Uno de aquellos activistas es el adolescente de 16 años Arturo Rodriguez, quien decidió el pasado mes de junio averiguar lo que sucedería si sobrepasaba la línea de Warden.

'Te aniquilaré'
En una diminuta sala en su vivienda en Tucson, Arturo Rodriguez conecta su cámara de video a un televisor y presiona el botón de "reproducir". Aunque su madre ha visto varias veces la grabación que aparece en la pantalla, las imágenes aún generan lágrimas amargas en sus ojos, que seca con el dorso de su mano.

La grabación es de una manifestación que Warden llevó a cabo el 3 de junio. Detrás de la cámara estaba Arturo, un delgado adolescente con anteojos. Su tímida sonrisa deja entrever sus frenos.

Arturo es un activista en ciernes. Explica que quería documentar las actividades de Warden este verano. "Estaba asustado", admite, "pero algunas veces uno simplemente tiene que aguantarse el miedo". Su grabación muestra a Warden estableciendo su usual "perímetro" en una porción de la acera con un pedazo de cordón de tendedero. Mientras Warden fustiga y ronda su espacio, Arturo y un amigo sobrepasan la barrera. Warden estalla en el rostro del adolescente.

"¡Lárgate!". Warden le grita a Arturo, llenando la lente de la cámara de video con su rostro. "¡Te voy a meter una bala en la cabeza, carajo!".

Arturo sigue grabando a medida que Warden brama y empieza a caminar hacia él. "Aléjate de mi frontera", advierte Warden. Luego, empuja a Arturo. "Más vale que te mantengas alejado de nuestra área porque si no, te aniquilaré".

Arturo le entregó la grabación a la policía y Warden fue arrestado por asalto, conducta contra la moral pública y dos cargos por realizar amenazas intimidantes. El juicio de Warden por estos cargos ha quedado pendiente. En comparecencias preliminares ante el juez, ha usado una bandera mexicana a modo de felpudo y ha vestido una camiseta con la inscripción "Chicana Pendeja" debajo de una foto grande de Isabel Garcia. Garcia es la defensora legal del condado de Pima y la líder de la organización Derechos Humanos.

El pasado mes de mayo, Warden hizo circular un correo electrónico con el asunto "De Warden para Isabel Garcia: te voy a volar esa maldita cabeza". El cuerpo del correo electrónico expresaba lo siguiente: "Si cualquiera de tus mafiosos pendejos me ataca de forma alguna, si irrumpe en mi perímetro, realiza cualquier amenaza de usar la fuerza mortal en contra de mi vida, etc., no dudaré en desenfundar mi arma para volarles las malditas cabezas".

En una entrevista sobre el correo electrónico realizada por un reportero de televisión, Warden declaró: "No comprendo cuál es el problema. Esto es condicional: si tratas de matarme, yo te mataré primero. Es muy sencillo".

Garcia, a quien Warden denomina una "Amazona de pechos peludos", ha estado trabajando en materia de los derechos de los inmigrantes durante 30 años. Sus padres eran activistas, y participó en su primera manifestación cuando tenía 10 años. Está acostumbrada a las amenazas e insultos y asegura no temerle a Warden, pero sí está frustrada por el efecto que ha tenido su actuación de Demonio de Tasmania en contra de la inmigración. Garcia indica que aunque las marchas masivas en favor de la reforma inmigratoria del 10 de abril atrajeron a millones de personas a marchar pacíficamente por las calles en todo Estados Unidos, la marcha de Tucson se tornó violenta cuando Warden colocó una bandera en llamas en el centro de un parque ubicado junto al recorrido de la marcha. La multitud se abalanzó hacia Warden, por lo cual un oficial de policía desenfundó su arma. Se arrestó a seis jóvenes activistas en favor de la inmigración por cargos de asalto agravado en contra de un oficial del orden, por interferir con operaciones gubernamental, obstaculizar la prosecución y perturbar la paz, mientras que Warden fue arrestado al día siguiente y acusado de sospecha de asalto, daño en propiedad ajena y quema imprudente (estos cargos, como aquéllos resultantes de su enfrentamiento con Arturo Rodriguez, han quedado pendientes).

"Realmente se inmerge en este estado de malicia y odio. Nos llama animales", afirma Garcia. "Le gustaría que un joven latino lo atacara. Así podría sacar su arma y dispararle".

Jekyll y Hyde
Al exterior de la catedral de San Agustín, el periodista radial de Tucson Jessie Bhangoo observaba a Warden mientras continuaba bramando en contra de los inmigrantes y de la Iglesia Católica.

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"¡Ustedes son una cámara de horrores, y no se filtrarán en nuestro país ni destruirán nuestra cultura con la suya!", Warden gritó, su voz tensa de emoción mientras la policía lo observaba desde lejos y los equipos de cámaras de televisión empezaban a llegar. Bhangoo se acercó a Warden y, con una grabadora encendida, le preguntó el motivo por el que estaba atacando a la catedral. Warden explicó su creencia de que los feligreses estadounidenses están abandonando la Iglesia Católica debido a escándalos de abuso sexual, y que la Iglesia está trayendo a inmigrantes mexicanos para ocupar los bancos. La "principal preocupación" de la Iglesia "es llenar las iglesias con personas que sean más obedientes, personas que no se quejen por la sodomía, personas que no les generen problemas. Es por eso que está dando la bienvenida abiertamente a los hispanos y está ayudando a importarlos desde México", le dijo Warden a Bhangoo, empleando un tono prudente.

Luego empezó a hablar nuevamente a través del altavoz: "¡Ustedes mexicanos, me dan asco! ¡Ustedes violan nuestra ley! ¡Ustedes permiten que los curas abusen de sus hijos! ¿Qué les pasa? Quizá es por eso que ustedes, hombres mexicanos, son tan violentos, porque están frustrados, porque fueron sodomizados cuando eran niños y no podían hacer nada al respecto, por eso ahora maltratan a sus mujeres. ¡Claro! ¡Muy valientes se creen!".

Bhangoo entrevistó a Warden en una segunda oportunidad, esta vez en su vivienda una semana después de la protesta de San Agustín (Warden aún conservaba una residencia en aquel momento). Relajado en medio de un cúmulo de recortes de periódico y numerosos recipientes vacíos de jugo de uva, se percibía a un Warden más articulado y racional de lo que normalmente se ve de él en público. "Durante meses he enviado correos electrónicos a todos los grupos de frontera abierta preguntándoles si sus líderes considerarían la posibilidad de asistir a un evento similar a un debate presidencial... una asamblea del pueblo para la que elegiríamos a un comentarista local de confiable reputación y en la que sostendríamos una discusión pública de los problemas; más allá de la retórica y de todas las frases políticas y de la propaganda, discutiríamos los problemas", le dijo Warden a Bhangoo. "Ellos simplemente no quieren discutir sobre los problemas, nunca han aceptado hacerlo".

La transformación de Warden fue sorprendente. "En el mitin, Warden provocó a la multitud empleando un lenguaje incitante. Pero cuando me senté con él y encendí el micrófono, su vocabulario se expandió y sus declaraciones empezaron a ser un poco más razonables", declaró Bhangoo.

Armas preparadas
Durante la manifestación en la iglesia, Warden había hablado acerca de sus planes para evitar que los inmigrantes ilegales votaran en las próximas elecciones. Se comprometió a llevar a los recintos hispanos personas con cámaras para que fotografíen a los votantes. "Tomaremos fotos de cada rostro y cotejaremos su nombre y la hora contra la lista de votantes y luego ingresaremos su nombre y fotografía en un programa que me ha suministrado Seguridad Nacional", prometió. "Nosotros haremos cumplir la ley haciendo rodar cabezas con tal rapidez que no podrán creerlo".

Cuando Bhangoo le preguntó en la última entrevista a qué se refería con "nosotros", Warden afirmó estar trabajando con varias agencias del orden gubernamentales. Presionado a reveler cuáles eran dichas agencias, la respuesta que Warden dio fue vaga y difícil de creer. "Contactas al FBI, revisas la Ley de Libertad de Información. Si sabes cómo abordar a estas personas y cómo llenar las solicitudes, puedes hacerlo".

Con o sin el FBI de su lado, Warden declara que no tiene intenciones de sosegar su tono en las semanas que anteceden a las elecciones, ni después. "He pedido docenas de banderas", escribió en una nota del 12 de agosto enviada a su lista de contactos de correo electrónico. "De ahora en adelante vamos a estar muy ocupados".

"No creo que Warden se detenga", expresa Lowen. "Ha envuelto su identidad en su cruzada en contra de los extranjeros ilegales".

Además de su Glock, Warden escribió en agosto que traería un bate de béisbol y una pistola paralizante a futuras protestas.

"Hemos determinado el blanco, amartillado los revólveres y estamos listos para actuar", expresó. "Estados Unidos es la fortaleza, y desde aquí en Tucson, Arizona, los estadounidenses defenderemos nuestra posición". S

"Más vale que te mantengas alejado de nuestra área porque si no, te aniquilaré".

"Si cualquiera de tus mafiosos pendejos me ataca de forma alguna... no dudaré en desenfundar mi arma para volarles las malditas cabezas".