Temporada de caza
Mientras los extremistas pregonan su ret贸rica anti-inmigrantes a lo largo de la conflictiva frontera de Arizona, se avecina una tormenta
TOMBSTONE, Ariz. -- En 1881, s贸lo llev贸 30 segundos y 25 tiros en el O.K. Corral para fijar este peque帽o pueblo de frontera en la imaginaci贸n nacional. En octubre pasado, s贸lo hizo falta una editorial de un diario local con tendencia a equivocarse para convertir esta trampa tur铆stica del Viejo Oeste -- y el verde pero s贸rdido territorio fronterizo en el que se encuentra -- en un s铆mbolo de lo vehemente e imprudente que se ha vuelto el movimiento anti-inmigraci贸n en los Estados Unidos.
"隆BASTA YA!" vociferaba el titular a toda plana de la edici贸n del 24 de Octubre del Tombstone Tumbleweed. "隆UN LLAMAMIENTO P脷BLICO A LAS ARMAS! 隆SE CREA LA MILICIA DE LA PATRULLA FRONTERIZA DE CIUDADANOS!". En una letra apenas m谩s peque帽a, el propietario, editor y director gerente del Tumbleweed, Chris Simcox exhortaba a sus conterr谩neos de Arizona, "隆脷NANSE PARA PROTEGER SU PA铆S EN TIEMPOS DE GUERRA!".
Simcox no estaba hablando de la guerra en Irak. Hablaba de una guerra que se libraba en el patio trasero del Tumbleweed, en la frontera entre M茅xico y los Estados Unidos. All铆, Simcox escribi贸 en un lenguaje similar al de Patrick Buchanan y otros extremistas anti-inmigraci贸n, "una multitud de refugiados sin control" est谩 "escapando de un gobierno de estructura marxista" en lo que viene a ser una "invasi贸n" de los Estados Unidos. Para contrarrestar esta supuesta invasi贸n, Simcox demand贸 medidas dr谩sticas: un "comit茅 de vigilantes" que har铆a rondas en los territorios fronterizos, atrapar铆a inmigrantes y los enviar铆a de vuelta al sur.
Lo bueno del vigilantismo, escribi贸 Simcox, es sencillo: "para abordar el problema, en realidad nosotros gozamos de m谩s libertad que el gobierno y las fuerzas del orden, ya que ellos est谩n atrapados en una mara帽a de leyes y restricciones".
En cualquier otro lugar, la idea de que ciudadanos particulares que portan armas no tienen que responder a las "leyes y restricciones" podr铆a sonar llanamente rid铆cula. Pero en medio de las monta帽as cobrizas y del pr贸digo pero espinoso desierto del sudeste de Arizona, el legado de vigilantes de los muchachos Earp nunca se ha extinguido por completo, y m谩s bien atrae a gente como Simcox, quien se mud贸 desde Los 脕ngeles. "El tipo es un lun谩tico", dice Dusty Escapule, alcalde de Tombstone, "y va a hacer que alguien muera".
"Yo matar铆a a todos"
Simcox no est谩 para nada solo. Durante los 煤ltimos cinco a帽os, la mentalidad del Lejano Oeste ha revivido en este desierto. Y motivado por la venganza.
A mediados de la d茅cada de los 90, un cambio significativo en la pol铆tica fronteriza estadounidense desplaz贸 a los inmigrantes de las zonas urbanas de California y Texas -- donde el acceso ha sido siempre f谩cil鈥 y los oblig贸 a cruzar un terreno mucho m谩s hostil. La idea era que, al tener que cruzar desiertos y atravesar r铆os, estas personas desistir铆an de realizar el viaje.
En cambio, el resultado principal de esta pol铆tica fue la transformaci贸n del sur de Arizona en el lugar m谩s popular para cruzar desde M茅xico, con el avance de cientos de miles de personas a trav茅s de este desierto traicionero todos los a帽os.
Es bastante comprensible que semejante situaci贸n no agradara a los rancheros de este explosivo rinc贸n de Arizona. Vieron c贸mo su ganado era robado o sacrificado como medio de alimentaci贸n, sus cercas cortadas y sus terrenos manchados de basura y desechos humanos. Varios rancheros reaccionaron arm谩ndose con rev贸lveres Colt .45 y rifles M-16, adem谩s de sistemas de vigilancia de alta tecnolog铆a para detectar "intrusos".
Seg煤n se dice, al menos 20 ciudadanos particulares han hecho uso de sus arsenales para arrestar -- y en algunos casos, maltratar y disparar -- a personas que llegaban del otro lado de la frontera.
Se comenta que el verano pasado, en una reuni贸n con funcionarios de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos, un ranchero dijo a gritos: "Si por m铆 fuera, los matar铆a a todos".
A煤n no se ha llegado a eso. Pero durante el oto帽o pasado, los esfuerzos de "autodefensa" y la furia de los rancheros, no s贸lo inspiraron a Simcox, que dice haberse hartado de cruzarse con inmigrantes "delincuentes" en Los 脕ngeles; sino que atrajo a uno de los principales extremistas anti-inmigraci贸n de la naci贸n, quien se vale de esta locura para fomentar temor y aversi贸n hacia la inmigraci贸n a los Estados Unidos. En octubre, un grupo paramilitar fuertemente armado estableci贸 una presencia "semipermanente" en el 谩rea luego de llevar a cabo una cacer铆a de inmigrantes y drogas durante dos semanas.
Hasta ahora, las fuerzas del orden locales se han negado a procesar judicialmente lo que parecen ser actos de vigilantismo, aunque la Comisi贸n de los Derechos Civiles de los Estados Unidos se ha unido a la Uni贸n Estadounidense de Libertades Civiles (American Civil Liberties Union, ACLU), el gobierno mexicano, grupos de derechos humanos y autoridades locales en un llamamiento para poner fin a la violencia. "Si ustedes no procesan a estas personas por golpear o matar ciudadanos mexicanos", dice el alcalde Escapule, "es como si fuera temporada de caza".
Eso es exactamente lo que temen los activistas de derechos humanos, a medida que millones m谩s de inmigrantes se van abriendo paso por peligrosos senderos entre pastos Johnson y cactus saguaros en los pr贸ximos a帽os. "Hay gente que circula por ah铆 armada pensando que el sheriff est谩 a favor de lo que hacen", dice John Fife, que dirige un grupo establecido en Tucson llamado la Patrulla Samaritana. "Esto parece sacado directamente del Viejo Oeste. Cuando se tiene esa clase de mentalidad, ante este tipo de crisis inmigratoria, existe un problema en potencia. Un problema serio".
Una historia de tortura
Los problemas -- si bien serios -- no son nada nuevo en estos lugares. Pregunte a cualquiera al norte o sur de la frontera, y lo m谩s probable es que le dir谩n: el Condado de Cochise tiene una bien ganada reputaci贸n de violencia racista.
Esta reputaci贸n se consolid贸 un c谩lido d铆a de agosto de 1976. Tres ciudadanos mexicanos treparon el cercado fronterizo del Condado de Cochise, con direcci贸n a sitios cercanos de trabajo. Cuando se detuvieron en un molino de viento a llenar de agua sus jarros, el joven ranchero Tom Hanigan los tom贸 de rehenes a punta de pistola. Luego aparecieron Patrick, hermano de Tom, y George, el padre, un hombre de edad avanzada y activista pol铆tico de derecha. Seg煤n el libro On the Border (En la frontera) del abogado Antonio Bustamante y Tom Miller, se les dijo a los mexicanos: "Muy bien, mojados de mierda. Ustedes no van a ir a ning煤n lado".
Mientras George Hanigan hac铆a guardia con la escopeta y se re铆a a carcajadas, los hijos ataban de manos y pies a los mexicanos -- inmortalizados luego por una canci贸n folkl贸rica como los tres mojados -- y con cuchillos les rasgaron el pelo y despojaron de sus ropas. Los gringos hicieron una fogata con le帽a de mezquite cerca de los inmigrantes desnudos y quemaron sus ropas y bolsas de comida mientras los amenazaban y pon铆an en rid铆culo. George Hanigan dec铆a con desprecio: "Ahora vamos a ver si su Virgen de Guadalupe los ayuda".
Uno de los muchachos Hanigan sac贸 del fuego un hierro largo y pas贸 la parte caliente por encima de los cuerpos desnudos de los hombres. El otro muchacho supuestamente se lo quit贸 y toc贸 con el hierro caliente los pies de uno de los hombres una y otra vez, hasta que el hedor de la piel quemada se mezcl贸 con el mezquite. El viejo tom贸 un cuchillo y amenaz贸 con cortar los test铆culos de uno de los hombres. A uno de los hombres le hab铆an atado una cuerda al cuello y lo arrastraron por la arena ardiente del desierto.
Max Torres, por mucho tiempo activista de la comunidad, rememora: "Cuando terminaron de divertirse, los liberaron uno a uno, se帽alando hacia M茅xico y disparando perdigones". Uno de los hombres termin贸 con 47 proyectiles en la espalda; otro ten铆a 125. "Imagine el horror de los dos que quedaban, y luego del 煤ltimo, al escuchar los tiros", dice Torres.
Por milagro, los tres mojados sobrevivieron y contaron a los funcionarios su penosa experiencia. M谩s milagroso fue el hecho de que el procurador del Condado de Cochise procesara a los Hanigan por once cargos cada uno. Luego los milagros se acabaron. George Hanigan muri贸 antes del juicio, pero eso s贸lo signific贸 que no vivi贸 para ser exculpado. Un jurado compuesto por sus semejantes, todos blancos del Condado de Cochise, hall贸 inocentes a Tom y a Pat Hanigan de cada uno de los cargos.
En las dos d茅cadas siguientes, el vigilantismo apareci贸 en forma espor谩dica en el sudeste de Arizona. A veces los que estaban fuera de la ley eran los rancheros locales, como el que en 1980 encaden贸 a un inmigrante mexicano de 16 a帽os del cuello a un excusado que se encontraba afuera de la casa, y lo tortur贸 y le hizo pasar hambre durante 4 d铆as.
A veces se trataba de agitadores externos, como los de Civil Materiel Assistance (CMA), un grupo paramilitar que tambi茅n estaba involucrado con los Contras de Nicaragua. Se dice que en 1986, la CMA detuvo inmigrantes a punta de pistola para luego entregarlos a agentes de la Patrulla Fronteriza, luego de "haberse divertido" durante horas con los cautivos.
Pero lo que demostr贸 definitivamente a los inmigrantes lo que les podr铆a suceder si cruzaban la frontera al Condado de Cochise fue el episodio con los Hanigan. Y ahora que la exorbitantemente costosa "Iniciativa de la Frontera Sudoeste" ha asegurado que cientos de miles crucen la frontera en este punto cada a帽o, el recuerdo de los tres mojados sigue presente en el desierto como una pesadilla.
Lo m谩s alarmante, en muchas formas, fue c贸mo reaccionaron los funcionarios de las fuerzas del orden. Un par de ellos comentaron a Tom Miller que el 煤nico error de los Hanigan fue no haber acabado con los mexicanos. "Entiendo lo de dispararles, 驴sabe?, volarles la cabeza" dijo Drex Atkinson, que entonces era agente de alto rango de la Patrulla Fronteriza "pero torturarlos, no tiene sentido".
驴Justicia de frontera?
Un cuarto de siglo despu茅s del caso Hanigan, los oficiales del orden no dir铆an esas cosas ni en sue帽os a los periodistas. Pero mientras sus palabras ahora son m谩s pol铆ticas -- "No queremos locos aqu铆", declar贸 el sheriff del Condado de Cochise este oto帽o -- el reciente reavivamiento del vigilantismo en ning煤n momento ha inspirado medidas en茅rgicas.
"El arresto por parte de ciudadanos es un derecho estadounidense", dice el vocero de la Patrulla Fronteriza, Ryan Scudder. "En tanto no quebranten la ley, no es nuestra funci贸n criticar lo que hacen".
Pero las leyes parecen quebrarse rutinariamente durante los arrestos que realizan ciudadanos en el sur del sudeste de Arizona. El gobierno mexicano ha documentado m谩s de 40 arrestos posiblemente ilegales en el Condado de Cochise desde 1999. Los informes incluyen detenciones dudosas por parte de 19 distintos residentes del Condado de Cochise, la mayor铆a de los cuales portaba armas.
En 14 incidentes, los inmigrantes manifestaron haber sido detenidos a punta de pistola mientras sus captores llamaban a la Patrulla Fronteriza para que se los lleven. En nueve casos, presuntamente hubo tiros, ya sea a manera de "advertencia" o contra los inmigrantes para que 茅stos no huyeran. En cinco casos, los inmigrantes dijeron que se les hab铆a disparado o golpeado antes de la llegada de la Patrulla Fronteriza. Seg煤n se informa, siete de estas detenciones se llevaron a cabo en caminos p煤blicos, a pesar de que de los rancheros locales alegan que s贸lo actuaron para proteger su propiedad.
Queda claro que estos informes son apenas la punta del iceberg, ya que los inmigrantes casi nunca hacen denuncias por maltratos (ver Vigilante Violence). En un mordaz informe de 2001, la Oficina General de Contabilidad de los Estados Unidos dijo que "al menos dos extranjeros han recibido disparos" por parte de aquellos "ciudadanos que han comenzado a hacer arrestos .... con armas cargadas". Este oto帽o, dos inmigrantes m谩s fueron asesinados, al estilo ejecuci贸n, a las afueras de Tucson.
El ranchero que m谩s frecuentemente ha sido acusado de arrestos ilegales por parte de un ciudadano y de violaciones a los derechos humanos, es el otrora alguacil Roger Barnett, quien se jacta de haber acorralado personalmente a m谩s de 2000 inmigrantes por su rancho de 22.000 acres, s贸lo en el a帽o 2002. Despu茅s del incidente de 1999, en el cual se lo acus贸 de retener a siete inmigrantes a punta de rifle, Barnett puso claramente de manifiesto su actitud Haniganesca.
"Si los pobres desgraciados se sintieron amenazados, lo lamento", dijo Barnett al Arizona Daily Star. "Si no les gusta, que se queden en su casa".
Desde la aparici贸n de la versi贸n contempor谩nea del vigilantismo, las autoridades federales, estatales y locales parecen haberse hecho de la vista gorda. "驴Procesamientos?" pregunta el recientemente electo congresista Ra煤l Grijalva, que representa a una gran porci贸n del sur de Arizona (ver la entrevista Vigilante Watch). "No ha habido siquiera investigaciones".
Grijalva cree que la raza es un gran factor en la falta de procesamientos. Lo mismo cree el acalde de Douglas, Ray Borane, cuyo consejo municipal este oto帽o aprob贸 una resoluci贸n que condena tanto el vigilantismo como la pol铆tica fronteriza estadounidense. Borane formula una pregunta ret贸rica: "Si se tratara de ciudadanos estadounidenses que fueron detenidos y retenidos a punta de pistola y qui茅n sabe qu茅 m谩s durante dos o tres horas, me pregunto 驴qu茅 suceder铆a?".
El procurador actual del Condado de Cochise, Chris Roll, dice que su despacho "ha tenido muy pocos informes sobre detenciones de inmigrantes indocumentados" entregados por agencias de las fuerzas del orden. Roll dice que su despacho "iniciar铆a un proceso legal s贸lo cuando hubiera evidencia suficiente para significar una probabilidad razonable de condena en juicio". En un lugar donde los Hanigans pudieron ser hallados inocentes, "una probabilidad razonable de condena" debe ser dif铆cil de encontrar, incluso 27 a帽os despu茅s.
Los ciudadanos como Jennifer Allen, que dirige un grupo reformista llamado Red de Acci贸n Fronteriza (Border Action Network), dicen que el verdadero problema es que los funcionarios de las fuerzas del orden "tienen una complicidad profunda" con los vigilantes. El sheriff Dever, a pesar de sus recientes denuncias sobre grupos de milicia y agentes del orden autodesignados, pronunci贸 c谩lidas palabras de bienvenida y aliento cuando los grupos anti-inmigraci贸n vinieron a Cochise en 2000 a una conferencia sobre "Inmigraci贸n ilegal: 驴qu茅 pueden hacer los ciudadanos?".
David Aguilar, el jefe actual del sector de la Patrulla Fronteriza de Tucson, reaccion贸 con indignaci贸n en 2000 cuando sus jefes del Servicio de Inmigraci贸n y Naturalizaci贸n (Immigration and Naturalization Service, INS) emitieron una advertencia acerca de "conocidos grupos de odio y supremac铆a racial" que se infiltraban en el 谩rea. "Conozco a muchas personas de estos grupos", dijo Aguilar al Arizona Daily Star y por otro lado declin贸, a trav茅s de un vocero, contestar preguntas sobre el tema del vigilantismo para este art铆culo. "Algunos de mis amigos est谩n en estos grupos. Estas personas no son anti-inmigrantes, y no son grupos de odio".
Rancheros, racistas y reconquista
Este septiembre, el l铆der de uno de los grupos de odio que vino a Cochise en 2000, un hombre de ultraderecha que llama The Wall Street Journal "anti-estadounidense", estableci贸 cuarteles en una ubicaci贸n secreta del Condado de Cochise. El hirviente caldero del sudeste de Arizona albergaba ahora a Glenn Spencer, uno de los m谩s ruidosos agitadores anti-inmigraci贸n.
Spencer revel贸 su nuevo esfuerzo, denominado American Border Patrol (ABP), en el sal贸n de un hotel en Sierravista. Aunque Los Angeles Times hab铆a informado un a帽o antes que el grupo de odio de Spencer con sede en California, American Patrol, estaba "necesitado de efectivo", el hombre de 65 a帽os dijo a sus nuevos vecinos que hab铆a abandonado su residencia anterior por otras razones muy distintas.
"California es un estado perdido, sin ley", declar贸 el canoso Spencer, sacudiendo la cabeza con tristeza mientras pasaba frente a una gran bandera estadounidense. "Es un l铆o. No hay nada que yo pueda hacer por California. Est谩 acabada".
Pero Spencer vislumbra esperanza para Arizona a trav茅s de ciudadanos como Roger Barnett, a quien conoci贸 en la fiesta anti-inmigraci贸n en 2000. "隆Hablemos de un verdadero h茅roe estadounidense!" dijo Spencer de manera efusiva, al presentar al autodesignado agente del orden m谩s atareado del Condado de Cochise como principal partidario de la American Border Patrol.
Spencer insiste en que sus tropas no estar谩n a la caza de inmigrantes. En vez de ello, dice, los voluntarios de la ABP, conocidos como "Hawkeyes" (Ojos de halc贸n), usar谩n sofisticada tecnolog铆a de vigilancia y equipos de comunicaciones para filmar a los "intrusos fronterizos" cuando entren a los Estados Unidos.
La finalidad es exponer ante los visitantes de las p谩ginas web de Spencer, Americanpatrol.com y Americanborderpatrol.com, las im谩genes de "La Reconquista", una "invasi贸n" mexicana supuestamente destinada a recuperar el territorio perdido en la Guerra Mexicano-estadounidense de 1848.
"Si la Patrulla Fronteriza hubiese cumplido su labor usando la tecnolog铆a de la que disponemos nosotros, podr铆amos haber detenido a esta gente ", dijo Spencer en noviembre, cuando fue un invitado al show del Donahue. "隆Es la invasi贸n de los Estados Unidos!"
Desde que Spencer entr贸 tranquilamente a Arizona, se ha esforzado animosamente en distanciarse de su controvertido pasado. Si bien sus sitios web parecen id茅nticos, la ret贸rica anti-mexicana ha sido suavizada en Americanborderpatrol.com. Al mismo tiempo, sin embargo, el sitio de la American Patrol de Spencer ha llamado a la activista de los derechos de los inmigrantes Isabel Garc铆a "agente del gobierno mexicano" y acusado al congresista Grijalva de haber pertenecido a una "organizaci贸n sediciosa anti-estadounidense". El sitio web proclama que Garc铆a "es parte de una quinta columna anticipada" de la reconquista.
Garc铆a no anda con rodeos y contesta: "El hombre es un racista".
Al menos uno de los partidarios locales de Spencer ha llegado a una conclusi贸n similar. Francis McWilliams, un jubilado local que fue presentado como director de la American Border Patrol en septiembre, r谩pidamente renunci贸 luego de haber o铆do suficiente como para calificar a Spencer de "xen贸fobo fronterizo".
Aunque el verano pasado Spencer dijo que la ABP ser铆a la primera de varios esfuerzos sat茅lite de la American Patrol, ahora dice que las organizaciones est谩n separadas por completo. La ABP se cre贸 como su propio grupo sin fines de lucro, inscrito en el estado de Arizona. (El funcionario que registr贸 los papeles de la corporaci贸n de Spencer fue el procurador de la ciudad de Bisbee, John F. Kelliher Jr.)
Cuando un periodista del Tucson Weekly insisti贸 a Spencer sobre sus comentarios racistas del pasado -- "La cultura mexicana se basa en el enga帽o", "los chicanos y mexicanos mienten para ganarse la vida" -- el jefe de la ABP dijo que estas afirmaciones fueron sus mayores errores hasta la fecha. Pero no las desminti贸.
"Me refer铆a a que los mexicanos tienen que mentir y enga帽ar porque su gobierno es tan corrupto", dijo Spencer. "Es un mecanismo de supervivencia. Pero no se pueden decir esas cosas. Deber铆amos poder hablar de ellas. Si pudi茅ramos, quiz谩 podr铆amos solucionar algunas dificultades."
Desierto ardiente
En su b煤squeda de respetabilidad, Spencer ha dado su palabra una y otra vez de que la American Border Patrol se concentrar谩 en transmitir la "invasi贸n" y no saldr谩 corriendo tras los inmigrantes. "No vamos a desplegarnos para aplicar la ley", dijo en septiembre. Sus afirmaciones convencieron a Ron Sanders, antiguo jefe de la Patrulla Fronteriza de Tucson, a prestar su nombre al grupo como director.
"Le dije a Glenn directamente: si hay algo ilegal no me voy a comprometer", dice Sanders. "Si alguno de tus hombres est谩 portando armas y realizando arrestos, no me voy a involucrar".
El sitio web de Spencer muestra im谩genes de inmigrantes cruzando la frontera, que luego son aprehendidos y arrestados por agentes estadounidenses. Pero incluye un descargo: "la pol铆tica de la ABP impide entrar en contacto con sospechosos". Esto hace que algunos ciudadanos de Cochise se pregunten: 驴C贸mo exactamente es que se hace para convencer a los inmigrantes de quedarse quietos esperando a ser arrestados, sin entrar en contacto con ellos ni contar con armas para impedir que huyan?
Un incidente del 27 de octubre nos brinda algunas pistas. Seg煤n se informa, ese d铆a, los rancheros Roger Barnett y su hermano, Don, transitaban la autopista principal de Cochise en camioneta cuando detectaron a 26 inmigrantes deambulando por el desierto. Se dice que los Barnett, con la ayuda de sus perros, rodearon a los presuntos extranjeros ilegales. M谩s tarde, los inmigrantes contaron a funcionarios mexicanos que cuando dos de ellos no fueron "lo suficientemente r谩pidos al cumplir las 贸rdenes" de sentarse y mantenerse callados, "uno de los Barnett los hizo sentar a la fuerza".
En esta instancia, la rutina usual de los Barnett es llamar a los agentes de la Patrulla Fronteriza para que se lleven a los inmigrantes y env铆en de regreso al otro lado de la frontera. Pero esta vez, es probable que llamaran primero a alguien m谩s. Los inmigrantes afirmaron que "otros dos individuos, ambos armados de manera similar", con "armas en pistoleras laterales" enseguida aparecieron en escena. Uno ten铆a una videoc谩mara y comenz贸 a filmar a los abatidos inmigrantes "y continu贸 filmando... cuando eran llevados ante los agentes de la Patrulla Fronteriza".
El hombre con la c谩mara -- y el arma enfundada -- puede haber sido Glenn Spencer.
Spencer ha admitido haberse dirigido, deprisa y armado, a la escena de las detenciones de los Barnett. En noviembre, dijo a un periodista "haber tomado un rifle" para ayudar a los Barnett a detener inmigrantes. En enero, Spencer dijo The Washington Post, "No somos vigilantes; no somos orates". Pero, agreg贸, "llevamos pistolas porque nuestra opini贸n es que las armas no son ilegales. Es com煤n que la gente las porte en esta parte del pa铆s, porque las leyes no se hacen cumplir".
"Lo que 茅l est谩 haciendo es proceder a cuestas de los vigilantes", dice Jennifer Allen.
Las acciones de Spencer est谩n suscitando puntos de vista encontrados en el Condado de Cochise. Para fines de a帽o, Spencer dijo que hab铆a enrolado a 60 voluntarios "Hawkeye" para documentar la invasi贸n mexicana, menos de los 100 que ten铆a previsto. Se dice que varios rancheros se negaron a la petici贸n de Spencer de filmar "intrusiones" en sus tierras por temor a meterse en problemas legales.
No obstante, el lanzamiento de una nueva organizaci贸n sin fines de lucro ha hecho m谩s que ayudar a Spencer a evitar que la etiqueten como grupo de odio; tambi茅n le ha dado una nueva manera de recaudar dinero. "Estas cosas valen su peso en oro", record贸 a sus nuevos reclutas en septiembre, alent谩ndolos a enviar informes en video a la ABP. Spencer dijo al Tucson Weekly que espera reunir US$400.000 en 2003.
El grupo paramilitar Ranch Rescue, liderado por el iracundo texano Jack Foote (abajo a la derecha), ha establecido una presencia "semipermanente" en el sur de Arizona.
Los paramilitares se instalan
En octubre, a unas 40 millas al oeste de los "cuarteles secretos" de Spencer, una notable tropa paramilitar estableci贸 campamento cerca de la frontera. Encabezados por un iracundo texano veterano de la Guerra del Golfo llamado Jack Foote, el grupo Ranch Rescue (Ranchos al Rescate) no era ning煤n extra帽o en estas tierras. Los integrantes aparecieron por primera vez en 2000 y ayudaron a rancheros, incluyendo a Roger Barnett, a "limpiar" sus propiedades.
Desde entonces, este grupo de salvajes ex oficiales de la ley y aventureros militares afirma haber incrementado su n贸mina internacional a 250 miembros. Tambi茅n han aumentado su apuesta inicial en "defensa" de las propiedades de los rancheros.
En su sitio web, Ranch Rescue dice que su misi贸n es "ayudar... a hacendados privados en la reparaci贸n de su propiedad destruida por aquellas masas de delincuentes intrusos" -- o sea, inmigrantes. Pero tres semanas antes de la denominada "Operation Hawk" (Operaci贸n Halc贸n), Rob Krott -- principal corresponsal extranjero de la revista Soldier of Fortune y hombre que ha peleado con, entre otros, el ej茅rcito croata -- envi贸 un mensaje de correo electr贸nico confidencial a los miembros de Ranch Rescue delineando un conjunto muy distinto de objetivos. Entre ellos: "observar y vigilar incursiones en la frontera" y "disuadir a delincuentes intrusos".
驴Y cu谩les son los medios de disuasi贸n de Ranch Rescue? "Estamos intentando estandarizarnos (para fines de reabastecimiento de municiones) con rifles de asalto de 5,56mm y pistolas calibre .45. Sin embargo, tambi茅n esperamos armas AK, SKS y Tokarev de 9mm calibre .30, as铆 como tambi茅n escopetas y rifles de cerrojo contra francotiradores". A cada "Rescuer" (Rescatista) se le orden贸 usar camuflaje, porque "el 谩rea es 'verde'".
El mensaje de correo electr贸nico defin铆a a las "fuerzas enemigas" de Ranch Rescue como "grupos de bandidos con armamento liviano formados por entre 5 a 10 hombres", "delincuentes intrusos civiles que pueden representar una amenaza", "posibles terroristas isl谩micos infiltrados", y "contrabandistas de drogas armados", entre otras definiciones.
Treinta y cinco Rescuers contestaron el llamado y se presentaron en el rancho de 10.000 acres de Earl Hardy, cerca del poblado fronterizo de Lochiel. Era un grupo de consideraci贸n: entre los que participaban estaban Tim Meyer, antiguo inspector de Aduanas de los Estados Unidos y actual "investigador privado"; Rusty Rossey, un ex Marine que oper贸 con los Contras en Nicaragua y los contrainsurgentes en Guatemala y que ahora dirige un campo de tiro en Alabama; un ex soldado de las Fuerzas Especiales de los Estados Unidos; y dos soldados canadienses de infanter铆a ligera.
Se supon铆a que Operation Hawk se limitar铆a al rancho de Hardy. (Seg煤n el sitio web de Ranch Rescue, "Nosotros s贸lo participamos en actividades de reparaci贸n y seguridad mientras somos invitados de los due帽os de propiedades privadas. Como invitados, estamos obligados a cumplir los deseos de nuestros anfitriones".) Pero el 15 de octubre, un grupo de "operaciones especiales", con 13 miembros encabezados por Rossey, fue despachado -- sin ser invitado -- a un rancho cercano propiedad del organismo ambientalista The Nature Conservancy.
El grupo de Rossey actu贸 de inmediato, cuando cuatro hombres se toparon con la "operaci贸n especial" hacia la hora de cenar, llevando atados de marihuana sobre la espalda. Como era de esperarse, dejaron caer la marihuana y huyeron tan pronto vieron a los hombres de Rossey con sus armas de uso militar. Temprano la ma帽ana siguiente, se repiti贸 la escena y Ranch Rescue obtuvo la colosal cantidad de 279 libras.
Se trataba de un bot铆n peque帽o para esta ruta de drogas tan activa; el agente de Aduanas de los Estados Unidos Kyle Barnette narr贸 a un diario local que, en el sur de Arizona, "yo podr铆a entrenar a un chimpanc茅 para que capture 300 libras de hierba". Pero Ranch Rescue se convirti贸 en una haza帽a de relaciones p煤blicas. En lugar de llamar a las autoridades locales o federales, Foote convoc贸 a los periodistas de Tucson.
No fue hasta entre la 1 y las 2 de la tarde del 16 de octubre -- unas 16 a 20 horas despu茅s de la primera captura -- que un miembro de Rescue le pas贸 la voz a un alguacil del sheriff que pasaba por ah铆 y le inform贸 sobre el contrabando. El alguacil registr贸 el hecho mientras las c谩maras continuaban filmando.
El resto de Operation Hawk sigue siendo en su mayor parte un misterio -- tal y como Ranch Rescue parece desearlo. Seg煤n escribi贸 Foote en un mensaje de correo electr贸nico en 2000, "Sabemos que las fuerzas del orden se encuentran siempre muy, muy lejos de los que estamos en el campo".
Pero la opini贸n de Foote sobre los "delincuentes intrusos" que sus tropas encontraron durante la aventura de octubre no es tan sombr铆a. En otro mensaje de correo electr贸nico de 2000, Foote escribi贸 lo siguiente a un periodista llamado Gonzalo:
"Usted y la gran mayor铆a de los perros de mierda como usted son ignorantes, no tienen educaci贸n y est谩n desesperados por vivir en una naci贸n decente porque la de ustedes no es m谩s que un mont贸n de caca de perro, hecha de millones de perritos de mierda como usted. Se la pasan lloriqueando de lo mal que se vive en su perra naci贸n, esperando que 茅sta ponga el culo bajo nuestra cerca y cague a cada uno de ustedes en nuestros patios traseros".
"S贸lo tengan cuidado de d贸nde caga la perra, muchachos, porque tarde o temprano estaremos all铆".
Asesinato y vigilantismo
El 16 de octubre, cuando alrededor de la mitad de los voluntarios de Ranch Rescue posaba junto a los atados de marihuana, un par de hombres armados y enmascarados dispar贸 contra 12 inmigrantes que estaban dormitando al borde de un bebedero de ganado cerca del peque帽o pueblo de Red Rock, a unas de 90 millas al norte del rancho de Earl Hardy. Dos murieron. Aparentemente, nueve fueron secuestrados. Un testigo escap贸 y le dijo a la primera persona que encontr贸, "Eran soldados".
Al principio, los investigadores sospechaban que fueran ya sea vigilantes o coyotes, gente que contrabandea personas y drogas por la frontera. Los doce inmigrantes hab铆an estado esperando que los llevara un coyote. Pero, por razones obvias, es poco frecuente que los coyotes vistan como soldados, ya que prefieren pasar lo m谩s desapercibidos posible.
La posibilidad de haber sido vigilantes parec铆a intrigante, teniendo en cuenta que Ranch Rescue estaba al acecho. De acuerdo con una fuente confidencial, la mayor parte de Operation Hawk consist铆a en peque帽os equipos de 2 a 6 integrantes, que Jack Foote enviaba personalmente a sitios secretos por hasta 24 horas por vez. En el campamento, con porte militar y sus rifles de francotiradores, los voluntarios de Ranch Rescue ciertamente se asemejaban mucho a soldados.
Un mes despu茅s del crimen, el Departamento del Sheriff del Condado Pinal anunci贸 que se hab铆a descartado la teor铆a sobre los vigilantes -- aunque el departamento del sheriff vecino del Condado de Santa Cruz, donde acampaba Ranch Rescue, todav铆a estaba investigando la posibilidad.
En un mensaje de correo electr贸nico a los periodistas, el vocero del sheriff de Pinal Mike Minter dijo que "no ha habido pistas que indiquen que se trata de un grupo de vigilantes". La evidencia respecto de la teor铆a de los coyotes parec铆a endeble: "due帽os de propiedades privadas en los alrededores", escribi贸 Minter, "creen que esto lo hicieron grupos extranjeros de contrabandistas rivales, no los vigilantes".
Ante preguntas adicionales, el Sheriff Roger Vanderpool s贸lo dec铆a, "Tenemos un testigo del crimen. Por ello descartamos a los grupos de vigilantes". No se registran arrestos, sin embargo, al cierre de la edici贸n. Como la mayor铆a de los cr铆menes en este verde desierto, es probable que 茅ste nunca se resuelva de manera concluyente. Al cierre de la edici贸n, s贸lo uno de los cuerpos hab铆a sido identificado y nadie sab铆a d贸nde hab铆an ido a parar los nueve inmigrantes desaparecidos.
Mientras tanto, despu茅s de conseguir algo de fama local con su redada antidroga, las tropas de Jack Foote desmontaron el campamento el 28 de octubre, y prometieron que el cabildo local de Ranch Rescue continuar铆a patrullando el 谩rea de manera no oficial. Foote planea regresar a toda fuerza durante la pr贸xima primavera para la "Operation Thunderbird" (Operaci贸n Ave de Trueno), una vez m谩s cumpliendo el lema del sitio web del grupo, que cita al Presidente Bush: "Cada estadounidense es un soldado en esta lucha".
"Evangelista del miedo"
En el trayecto hacia el sur desde Red Rock, cuando la autopista Highway 80 serpentea hacia la frontera, hay un cartel ineludible; en parte porque no hay muchos carteles en el Condado de Cochise, pero sobre todo porque muestra una banda de pistoleros de proporciones m铆ticas, apuntando sus armas a quien pase por ah铆. "O.K. Corral", dice la leyenda debajo de los temibles forajidos. "隆Tiroteos a diario!"
O.K. Corral queda s贸lo unas cuantas millas m谩s all谩 en direcci贸n a Tombstone, donde el tiroteo m谩s famoso de Lejano Oeste se revive todos los d铆as -- y donde, un mi茅rcoles por la tarde a principios de diciembre, el hombre que lanz贸 el infame llamado a las armas en el Tombstone Tumbleweed est谩 sentado en su oficina. La fiel calibre .45 de Chris Simcox est谩 a su alcance sobre el escritorio lleno de papeles. Y vaya que est谩 emocionado.
"Tengo a 600 personas de todas partes del pa铆s que dicen que ya fue suficiente, que basta ya", cuenta Simcox acelerado en un tono estridente. "Ni en mis sue帽os m谩s osados imagin茅 que crecer铆amos tanto. Hemos recibido 1384 mensajes de correo electr贸nico que nos apoyan, sin contar las cartas".
Simcox, quien a sus 42 a帽os a煤n conserva rostro de ni帽o, se mud贸 a Tombstone en noviembre de 2001 desde Los 脕ngeles, donde hab铆a ense帽ado en el jard铆n de infantes de una "escuela privada de muy alto nivel econ贸mico en la que ensa帽aba a los hijos de productores y estrellas de cine". Consigui贸 trabajo de pistolero contratado en los tiroteos diarios de Tombstone y como periodista del Tumbleweed, al que luego compr贸 cuando el due帽o anterior decidi贸 renunciar. Simcox dice que en sus ratos libres comenz贸 a patrullar el camino cercano Middlemarch Road, donde se encontr贸 con "miles" de inmigrantes y arrest贸 a 500.
Aunque el reverendo Robin Hoover, que dirige el grupo humanitario de Tucson Humane Borders (Fronteras Humanas), lo haya llamado un "evangelista del miedo", Simcox dice que en su intenci贸n de capturar inmigrantes no tiene nada de racista. "Siento toda la compasi贸n del mundo hacia ellos", dice.
驴Para qu茅 entonces organizar una milicia con el fin de detenerlos? Simcox usa primero un argumento econ贸mico al decir que a los ciudadanos desempleados estadounidenses les encantar铆a tener los empleos de bajos salarios que muchos inmigrantes toman. Pero su tono cambia r谩pidamente. "He vivido en Manhattan y he vivido en Chicago y en Los 脕ngeles. Esa gente no viene a trabajar. Viene aqu铆 a robar y a traficar drogas".
驴Eso lo impuls贸 a irse de Los 脕ngeles?
"Dios m铆o, es incre铆ble. Me refiero a que necesitamos que la Guardia Nacional limpie todas nuestras ciudades de esta gente y la capture. Son criminales de suma peligrosidad. No tienen ning煤n reparo en degollarte y quitarte el dinero o vender drogas a tus ni帽os o violar a tus hijas porque son gente malvada".
Al igual que Spencer, Simcox jura que sus intenciones son pac铆ficas. Civil Homeland Defense (Defensa Civil de la Patria), nombre por el cual se opt贸 finalmente para su grupo, llamar谩 a la Patrulla Fronteriza tan pronto tenga rodeadas a personas sospechosas de haber ingresado ilegalmente. Y el arsenal ser谩 modesto: "Portaremos armas de mano solamente, incluso al punto de no llevar m谩gnums", dice Simcox.
Nada de esto satisface al alcalde Dusty Escapule, otrora alguacil del sheriff. "Para m铆 solamente existe una raz贸n para portar un arma, y es para matar a alguien", dice Escapule. "Si sus intenciones son pac铆ficas, bueno, que lleven algunas frazadas, agua y s谩ndwiches a esa gente y digan, 'si desean, ac谩 tienen algo de comer, un poco de agua, una manta o abrigo para que no pasen fr铆o, pero los vamos a tener que entregar a la Patrulla Fronteriza'".
"Me parece que andan en busca de aventurera", concuerda el alcalde de Douglas, Ray Borane, quien ha recibido amenazas de muerte por hablar en contra del vigilantismo. "Para ellos no hay peligro porque son ellos quienes llevan las armas y aparentan ser importantes. No hay valent铆a ni patriotismo en eso. Esta gente no tiene c贸mo defenderse, y no lo har谩; ellos vienen a trabajar. Si realmente vinieran armados y se defendieran, ver铆amos entonces cu谩ntos voluntarios obtendr铆a (Simcox)."
La Patrulla Fronteriza estadounidense no tiene previsto controlar al grupo de Simcox, seg煤n el vocero Ryan Scudder. Pero el 26 de enero, Simcox fue arrestado por poseer un arma cargada, conducir una operaci贸n especial sin permiso e interferir con la aplicaci贸n de la ley en el Coronado National Memorial, un parque ubicado no muy lejos de Tombstone.
Simcox rest贸 importancia al incidente, bromeando que era "buena publicidad", pero dijo al Americanpatrol.com de Glenn Spencer que la guardabosque que lo cit贸 "mencion贸 su ascendencia hisp谩nica tres veces durante la investigaci贸n". En referencia a este tema, el grupo de odio Coalici贸n de California para la Reforma Inmigratoria (California Coalition for Immigration Reform) titul贸 una historia en su sitio web: "Chris Simcox es posible objetivo de guardabosque latina".
Se avecina una tormenta
Mientras la ret贸rica racial y los arrestos por parte de ciudadanos contin煤an en aumento, el n煤mero de inmigrantes est谩 destinado a sufrir un aumento de proporciones hist贸ricas a medida que la endeble econom铆a mexicana se hace m谩s endeble a煤n. Los habitantes del sur de Arizona experimentaron una muestra de la inminente cat谩strofe en octubre pasado, tradicionalmente el 煤ltimo mes antes que los fr铆os vientos reduzcan significativamente el tr谩fico de inmigrantes.
La Patrulla Fronteriza atrap贸 dos veces m谩s extranjeros ilegales que en octubre del a帽o anterior. Roger Barnett dice que 茅l captur贸 5 veces m谩s. Los informes sobre arrestos realizados por ciudadanos aumentaron.
Tambi茅n han aumentado los encuentros armados sin resolver. A principios de noviembre, dos semanas despu茅s de los asesinatos de Red Rock, un hombre enmascarado dispar贸 a un grupo de 14 inmigrantes al sudoeste de Tucson, causando que se dispersaran por el desierto. El 12 de febrero, balearon en el est贸mago a una persona que cruzaba la frontera en la misma 谩rea -- el mismo d铆a que se dispararon tiros desde un auto a un grupo de seis ilegales.
Nadie mejor que el alcalde Escapule, en cuyo pueblo hay un bar que exhibe el "Sal贸n de la Fama de los Vigilantes de Tombstone", sabe que la herencia hist贸rica perdura en esta parte del mundo -- y que esta misma herencia hist贸rica no permite vislumbrar a煤n el fin del odio. Pero el tema anima por un instante al fornido alcalde de bigotes, pues hay un incidente alentador en los anales de Tombstone, sin bien no tan conocido como el tiroteo de O.K. Corral. 驴Sabes, pregunta el Alcalde, lo que sucedi贸 despu茅s de que los muchachos Earp convirtieron al sudeste de Arizona en tierra de vigilantes?
"As铆 era en Tombstone hace 120 a帽os -- no se sab铆a qui茅nes eran los agentes del orden", narra el alcalde mientras se acomoda en su silla para contar bien la historia. "Hasta que vino un tipo de nombre John Slaughter como sheriff al Condado de Cochise y mostr贸 a todos qui茅n estaba a cargo de aplicar la ley".
"Dicen que Slaughter med铆a 5 pies 2" (1,57m), de ojos color azul acero. Est谩 en los libros de historia. Y dicen que cuando el sheriff Slaughter persegu铆a a un fugitivo de la ley, si no tra铆a de vuelta al tipo, tra铆a sus botas".
"La mayor铆a de las veces, tra铆a las botas. Pero detuvo el vigilantismo".
驴Qui茅n lo va a detener ahora?
Escapule se vuelve pensativo, algo poco com煤n en 茅l. Su bigote cae abatido. Hoy d铆a, reflexiona finalmente, tendr铆an que ser los federales. "Creo que el gobierno estadounidense tendr谩 que intervenir, y decir, 'Disculpen, muchachos, se pasaron de la raya'".
A menos que esto suceda pronto, los irascibles tipos blancos del oeste se volver谩n bastante m谩s irascibles -- con agitadores como Spencer, Simcox y Ranch Rescue instig谩ndolos.
"茅sta es mi tierra. Aqu铆 yo soy la victima", hace poco rezong贸 Roger Barnett en el derechista Washington Times. Barnett, quien dice haber cabildeado personalmente a m谩s de 300 miembros del Congreso con el fin de hacer algo respecto de la frontera, sabe que es la pol铆tica estadounidense la primera responsable de convertirlo en v铆ctima a 茅l y a sus colegas rancheros. Pero no parece poder hacer mella en eso.
Sin embargo, s铆 puede hacer mella en el tr谩fico de inmigrantes. Y con muchos miles m谩s que se dirigen hacia su patio trasero, otra cosa que dijo Barnett al Times fue absolutamente escalofriante: "Algo se debe hacer, o habr谩 un ba帽o de sangre".
En esta parte del mundo, un hombre cumple su palabra.