La infecci贸n de odio
La infecci贸n de odio est谩 expandi茅ndose. Como el pus de una herida, el odio se filtra desde los sectores m谩s virulentos de nuestra sociedad hacia los 贸rganos de la democracia estadounidense. El organismo pol铆tico corre el riesgo d
La infecci贸n de odio est谩 expandi茅ndose. Como el pus de una herida, el odio se filtra desde los sectores m谩s virulentos de nuestra sociedad hacia los 贸rganos de la democracia estadounidense. El organismo pol铆tico corre el riesgo de enfermarse.
Al menos durante seis a帽os seguidos, aument贸 la cantidad de agrupaciones que engendran el odio, dato 茅ste registrado por el "Intelligence Project" (Proyecto de Inteligencia). Hoy en d铆a existen 844 de estos grupos que operan en los Estados Unidos. Esto muestra un incremento de hasta un 40% desde el a帽o 2000.
驴Qu茅 es lo que alienta tanto odio? En gran parte la inmigraci贸n, dado que los extremistas raciales se organizan para oponerse a todo aquello que los extranjeros, con creciente frecuencia, traen a nuestras costas: una mayor diversidad humana y multiplicidad de culturas.
Al mismo tiempo, un movimiento en contra de la inmigraci贸n cada vez mayor hace las veces de meg谩fono. Como Susy Buchanan y David Holthouse documentan en esta edici贸n del "Intelligence Report" (Informe de Inteligencia), estos dos 煤ltimos a帽os fueron testigos del nacimiento de por lo menos 144 grupos de "extremistas nacionalistas", organizaciones que no s贸lo apuntan a las pol铆ticas de inmigraci贸n con las cuales no est谩n de acuerdo, sino que tambi茅n enfrentan y hostigan a los inmigrantes en forma individual. Estos grupos popularizan, cada vez m谩s, teor铆as imbuidas de fanatismo y estad铆sticas de dudoso origen.
Como consecuencia de ello, actualmente se difunden en el 谩mbito de la opini贸n p煤blica ideas repugnantes que alguna vez fueran relegadas a sectores marginales: argumentos que sostienen que los inmigrantes son sanguijuelas que absorben la sangre de nuestra sociedad, criminales que portan todo tipo de enfermedades y costumbres corruptas. Ya no es raro escuchar historias absurdas y difamatorias sobre conspiraciones secretas perge帽adas por inmigrantes y acciones criminales masivas difundidas por la radio, la televisi贸n por cable y hasta de parte de pol铆ticos que s贸lo siguen la corriente.
Tomemos como ejemplo el caso de Allan J. Ashinoff. Esta primavera, Ashinoff, columnista estable en publicaciones con una fuerte tendencia conservadora (pero no abiertamente racista) como American Chronicle, FreeRepublic.com y Human Events, escribi贸 una animada historia fant谩stica donde se ve铆a a "patriotas" estadounidenses intentando asesinar a los indocumentados que cruzan la frontera. Al describir a los inmigrantes como los "destructores" de Am茅rica, Ashinoff finalizaba su nota afirmando que "es absolutamente l贸gico para los ciudadanos estadounidenses defender su tierra natal" de los "invasores".
En pocos d铆as la nota estuvo en todos los foros cibern茅ticos del movimiento nacionalista. Transcurri贸 apenas un d铆a o dos para que la escena de muerte ideada por Ashinoff, escrita para American Chronicle, fuera "subida" a los sitios Web de los principales peri贸dicos incluyendo al de The Arizona Republic, no precisamente una publicaci贸n extremista.
Este tipo de fen贸meno aterrador no se limita a los Estados Unidos. En ambos lados del Atl谩ntico se experimentan cambios sociales similares, que incluyen una merma de las mayor铆as de raza blanca, el crecimiento de poblaciones que no son de raza blanca y el incremento de la diversidad religiosa. Mientras que esta transformaci贸n en un Occidente multicultural y m谩s globalizado nos trae a muchos de nosotros la esperanza de contar con sociedades m谩s abiertas y vitales, para una minor铆a importante constituye la chispa que provoca a煤n m谩s virulentos odios raciales y religiosos.
La reacci贸n violenta 鈥攜 la ret贸rica de los grupos que alientan el odio y que promueven abiertamente la aversi贸n racial鈥� trasciende las fronteras de la naci贸n. Esto se refleja en otra historia de Holthouse en esta edici贸n. La misma revela que un experto en computaci贸n de origen belga se encarga de llevar adelante el sitio Web del infame ex l铆der del Ku Klux Klan, David Duke, y que tambi茅n tiene a su cargo los sitios Web del Partido Nacional Brit谩nico y del Frente Nacional Franc茅s. A pesar de que estos partidos fomentan un obvio extremismo racial, ambos lograron sorprendentes avances en las elecciones locales.
Dichos lazos internacionales se extienden m谩s all谩 del ciberespacio. El a帽o pasado, los estadounidenses amantes de la supremac铆a de la raza blanca asistieron a eventos extremistas llevados a cabo en Gran Breta帽a, Francia y Alemania, e incluso Duke tuvo un papel protag贸nico en una conferencia internacional, con sede en Ir谩n, donde se negaba el Holocausto. Un extremista canadiense, Paul Fromm, invirti贸 gran parte del 2006 dando conferencias en eventos organizados por el Consejo de Ciudadanos Conservadores, un grupo que promueve el odio en los EU.
Los extremistas europeos tambi茅n son bien recibidos aqu铆. En febrero 煤ltimo, dos l铆deres del partido racista y xen贸fobo belga, Vlaams Belang (Participaci贸n Flamenca), hablaron en una reuni贸n de extremistas en Virginia, alertando que Europa est谩 a punto de ser "tomada" por gente que es "hostil a la civilizaci贸n occidental".
Esto no termin贸 all铆. Despu茅s de la reuni贸n con aquellos que niegan el Holocausto, amantes de la supremac铆a de la raza blanca y otros grupos de igual cala帽a, los belgas se reunieron con funcionarios de otro organismo en el 谩rea de Washington D.C.: la econ贸micamente poderosa y bien relacionada Federaci贸n para la Reforma Inmigratoria Estadounidense (FAIR, por sus siglas en ingl茅s), una organizaci贸n supuestamente mayoritaria cuyo objetivo es restringir la inmigraci贸n.
La infecci贸n est谩 expandi茅ndose.
