人兽性交

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Por primera vez desde la abolici贸n del comercio de esclavos africanos, el sur experiment贸 la inmigraci贸n a gran escala de una poblaci贸n "no tradicional" en los a帽os noventa.

Seis de los siete estados con las poblaciones hispanas de m谩s r谩pido crecimiento en el pa脥s de 1990 a 2000 se encontraban en el sur, incluyendo Georgia, donde el n煤mero de inmigrantes hispanos legales aument贸 en 300%. Y los dem贸grafos calculan que el n煤mero total de inmigrantes hispanos, incluyendo aqu茅llos que no cuentan con documentos, es de 1.5 a 2 veces esa cifra.

Una estad脥stica reveladora: Los beb茅s hispanos representan ahora el 12,6% de todos los nacimientos en Georgia, donde el porcentaje oficial de hispanos era 5,3% en 2000.

El crecimiento se est谩 acelerando. Durante los primeros a帽os del nuevo milenio, la poblaci贸n de hispanos en Georgia creci贸 de forma m谩s r谩pida que en cualquier otro estado, y las cifras del censo de los EE.UU. indican que diariamente 102 hispanos se mudan a Georgia por la v脥a legal.

CANTON, GEORGIA. Una tarde fr脥a de febrero pasado, Domingo Lopez Vargas decidi贸 dar por terminado su d脥a laboral. Un diminuto hombre de 54 a帽os con corte de cabello en forma de casco y un diente de oro que centellea cuando sonr脥e, Lopez hab脥a abandonado su paup茅rrimo pueblo campesino en Guatemala 15 a帽os atr谩s, decidido a ganar una cantidad de dinero decente para su esposa y sus nueve hijos.

Despu茅s de haber trabajado como recolector de naranjas en Tampa, Florida -- "隆demasiado calor!" dice Lopez -- a mediados de los a帽os noventa se uni贸 a una ola de inmigrantes que se dirig脥an a las colinas cubiertas de pinos y las desbordantes zonas exclusivas en las periferias del norte de Georgia. Lopez se estableci贸 en Canton, un pueblo que sol脥a dedicarse a la hilander脥a del algod贸n, 35 millas al norte de Atlanta.

Con el auge de la construcci贸n expandi茅ndose hacia el norte de Atlanta, el 谩rea se estaba convirtiendo r谩pidamente en uno de los destinos m谩s populares -- y lucrativos鈥� para los trabajadores inmigrantes en los Estados Unidos.

A diferencia de muchos de sus compadres, Lopez era legal, lo cual lo ayudaba a conseguir trabajos estables colocando puertas y ventanas. Sin embargo, en febrero pasado, se produjo una escasez de trabajo y Lopez se uni贸 a los m谩s de 100.000 jornaleros que esperan conseguir trabajos de jardiner脥a y construcci贸n en las esquinas de las calles y frente a los establecimientos de 7-Eleven y otras tiendas en todo el norte de Georgia.

Generalmente, pasan por ah脥 numerosas camionetas ofreciendo entre US$8 y US$12 la hora por cavar, plantar, pintar o clavar. Pero hoy, nada. En las 煤ltimas horas de la tarde, Lopez ya estaba harto de esperar en el fr脥o con sus compa帽eros en la calle Main Street. Se dio por vencido y camin贸 hacia McFarland's, una tienda de v脥veres ubicada en un concurrido centro comercial.

"Compr茅 leche, champ煤 y pasta dental", cuenta a trav茅s de un int茅rprete. "Cuando me estaba yendo de la tienda, esta camioneta se detuvo frente a m脥 y alguien me dijo en ingl茅s, '驴Quieres trabajar?'". Lopez no ha aprendido mucho ingl茅s en 15 a帽os, pero comprendi贸 lo que eso significaba. "Dije, 'S脥, 驴cu谩nto?'. Me dijeron nueve d贸lares la hora. No pregunt茅 sobre qu茅 trataba el trabajo. S贸lo quer脥a trabajar, as脥 que acept茅".

Hasta esa tarde, cuenta Lopez, "los estadounidenses siempre hab脥an sido amables conmigo". Lo cual explica por qu茅 no le preocup贸 que los individuos en la camioneta verde -- los cuatro -- parec脥an ser bastante j贸venes para ser contratistas. O por qu茅 no se le ocurri贸 pensar dos veces antes de dejarse recoger por la camioneta casi al anochecer. "Acept茅 la oferta porque s茅 que algunas veces las personas no dejan de trabajar sino hasta las 9 de la noche", explica.

Los cuatro j贸venes individuos, todos estudiantes de la escuela secundaria Cherokee High School, condujeron a Lopez a un punto remoto cubierto de basura. "Me indicaron recoger algunas bolsas de pl谩stico que estaban en el suelo. Pens茅 que 茅se era mi trabajo, recoger la basura. Pero cuando me inclin茅 a recogerla, sent脥 que alguien me golpe贸 en la espalda desde atr谩s con un pedazo de madera".

Fue s贸lo el inicio de una golpiza de 30 minutos que dej贸 a Lopez contuso y sangrando desde las rodillas hasta el cuello.

"Pens茅 que me estaba muriendo", expresa. "Trat茅 de pararme pero no pude. No pod脥a entender lo que estaban diciendo". Finalmente, despu茅s de entregarles todo el dinero en efectivo que ten脥a en su billetera, US$260, junto con su colgante de la Virgen Mar脥a, los adolescentes fugaron r谩pidamente.

Semillero de odio
Result贸 que Lopez hab脥a sido s贸lo la v脥ctima m谩s reciente de una serie de robos y asaltos a jornaleros hispanos en la ciudad de Canton. Se inform贸 del primer caso el 15 de noviembre de 2003, cuando Elias T脥u, un inmigrante de 22 a帽os, fue asaltado, robado y golpeado cerca de las antiguas hilander脥as de algod贸n en el centro de Canton.

El caso m谩s reciente se hab脥a reportado s贸lo un d脥a antes de que Lopez ingresara al hospital, cuando tres adolescentes le ofrecieron trabajo a Carlos Perez de 22 a帽os; entre este grupo de adolescentes se encontraban dos de los acusados de asaltar a Lopez.

Los sucesos se dieron m谩s o menos del mismo modo: condujeron a Perez a una casa abandonada, lo apu帽aron y golpearon repetidas veces con un tubo de metal. 脡l les arroj贸 su billetera durante la golpiza; ellos sacaron sus US$300 en efectivo y se la regresaron vac脥a.

Despu茅s de que los informes sobre los asaltos a Lopez y Perez llegaron a las noticias, fue s贸lo una cuesti贸n de d脥as hasta que se arrestara a siete estudiantes de la escuela secundaria Cherokee High School. "Al menos uno de ellos andaba por la escuela alardeando acerca de los robos y las golpizas propinadas a mejicanos", expresa el jefe adjunto de la polic脥a de Canton, Jeff Lance.

"Estaban buscando una presa f谩cil".

La polic脥a no puede determinar cu谩ntas "presas f谩ciles" encontraron los estudiantes de Cherokee entre noviembre y febrero. Seg煤n Lance, "un n煤mero" de jornaleros report贸 robos y asaltos similares -- realmente inusual, indica, porque los inmigrantes generalmente "no quieren tratar con nosotros".

T脥u fue la 煤nica v脥ctima previa que los detectives pudieron ubicar. "Tienden a mudarse de una casa a otra", se帽ala Lance, "por eso es dif脥cil hallar a las v脥ctimas".

Tres casos resueltos fueron suficientes para causar un impacto en todo el condado de Cherokee. Es cierto, como la mayor脥a de lugares en la parte norte de Georgia, Cherokee no puede ser m谩s conservador.

Es lo suficientemente conservador como para que ning煤n dem贸crata en todo el condado se lanzara como candidato para las elecciones de este a帽o. Lo suficientemente conservador como para que recientemente se exhibiera una copia en papel de los Diez Mandamientos en el segundo piso del Centro de Justicia de Cherokee en Canton.

Lo suficientemente conservador como para que en 2002, cuando el director de la escuela secundaria Cherokee High School, Bill Sebring, prohibi贸 el uso de camisetas con im谩genes de la bandera de la Confederaci贸n despu茅s de la queja presentada por los estudiantes negros, 150 estudiantes blancos asistieran al d脥a siguiente vistiendo desafiantes camisas y gorros de Dixie Outfitters con banderas de la Confederaci贸n alentados por manifestantes adultos del grupo Sons of Confederate Veterans (Hijos de los Veteranos de la Confederaci贸n) y otros grupos de "herencia".

驴Pero cr脥menes motivados por el odio? 脡sa es otra historia.

"Simplemente abrum贸 a todo el mundo", expresa Lance. "驴Los buenos muchachos de la escuela secundaria Cherokee High School procediendo de esta manera?" No queda claro si estos "buenos muchachos" estuvieron involucrados en las protestas con la bandera de la Confederaci贸n, evento que forz贸 el cierre de la escuela secundaria por todo un d脥a. (El director Sebring se neg贸 a dar entrevistas para este art脥culo.)

Pero uno de aquellos acusados de robo a mano armada, asalto agravado y secuestro era Ben Cagle de 18 a帽os, heredero de una de las familias m谩s poderosas del condado; sus abuelos fundaron el Partido Republicano de Cherokee, que tiene tanto dominio sobre la escena pol脥tica local que ning煤n dem贸crata en el condado se lanz贸 como candidato en las elecciones de este a帽o. Cagle era presidente del Club de agricultura de la escuela secundaria Cherokee High.

Devin Wheeling de dieciocho a帽os, el 煤nico adolescente acusado en los tres incidentes, era cadete del Cuerpo Juvenil de Adiestramiento de Oficiales de la Reserva (Junior Reserve Officer Training Corps, JROTC). Otro de los supuestos autores era un explorador con aspiraciones a convertirse en bombero. Ellos se conoc脥an desde la escuela intermedia, jugaban b茅isbol en el programa Dizzy Dean Baseball e iban a la iglesia juntos.

Por supuesto, nadie estuvo m谩s abrumado que Lopez. Sus lesiones no le permitieron trabajar durante cuatro meses, y le dejaron cuentas m茅dicas de m谩s de US$4.500. Algunas veces, a煤n trata de entender los motivos de sus atacantes.

"Eran j贸venes", especula, "y quiz谩 no recibieron suficiente educaci贸n". O quiz谩 sus familias est谩n conformadas por asesinos quienes les ense帽aron a matar gente, y eso es lo que han aprendido".

O tal vez crecieron en el semillero de odio anti-inmigrantes m谩s reciente de los Estados Unidos.

La neonazi Alianza Nacional organiz贸 un pr贸spero cabildo en el norte de Georgia en torno a la oposici贸n a los inmigrantes, y llev贸 a cabo dos candentes manifestaciones en Gainesville.
(Pilar Verdes)

Viniendo a los Estados Unidos
Los jornaleros son las caras m谩s visibles -- y vulnerables -- de un fen贸meno que est谩 transformando r谩pidamente la zona norte de Georgia en un lugar diverso y multiling眉e que un activista anti-inmigraci贸n denomina "Georgiafornia".

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Los inmigrantes hispanos empezaron a llegar en grandes cantidades a inicios de los a帽os noventa, muchos de ellos para ayudar a construir los lugares en los que se realizar脥an los eventos de las Olimpiadas de Verano de 1996 en Atlanta. Otros se dirigieron hacia el norte para trabajar en las f谩bricas de alfombras de Dalton y en las plantas avicultoras de Gainesville. Algunos se volcaron a las esquinas de las calles y comenzaron a trabajar como jornaleros en las zonas residenciales en florecimiento de Atlanta, donde los servicios de jardiner脥a y construcci贸n a bajos precios estaban -- y a煤n est谩n -- en constante demanda.

Las cifras oficiales del censo muestran que la poblaci贸n hispana en Georgia aument贸 en un 300% en los a帽os noventa, con un total de hasta 435.000 reci茅n llegados. Sin embargo, los dem贸grafos aseguran que el n煤mero real, contando a los inmigrantes ilegales, es probablemente el doble, y que la cifra sigue en aumento. Y tal como se produjo en California anteriormente, el estado se ha convertido en un epicentro de activismo anti-inmigraci贸n radical.

La inmigraci贸n en otros estados del sureste ha generado s贸lo niveles bajos de controversia y estallidos ocasionales de ret贸rica anti-inmigratoria. En Georgia, muchas de las alegaciones suenan familiares: altas tasas de cr脥menes, calles llenas de basura, actividad pandillera, millones de d贸lares invertidos en el cuidado de la salud y la educaci贸n para los "ilegales".

Pero la respuesta en este caso ha sido inusualmente violenta. Primero, la resistencia se present贸 de forma dispersa, mayormente mediante la aplicaci贸n de medidas dr谩sticas por parte de la polic脥a -- arrestando a jornaleros por vagabundear -- y la ret贸rica racial de los viejos tiempos.

En el alguna vez homog茅neo pueblo de Chamblee, justo al norte de Atlanta, los residentes blancos comenzaron a quejarse desde 1992 acerca de "gente terrible e inmunda" que merodeaba las esquinas de sus calles. En una reuni贸n del concejo del pueblo, un funcionario sugiri贸 con infamia que los residentes colocaran trampas para osos en sus jardines para mantener alejados a los hispanos. Otro concejal se pregunt贸 en voz alta si es que los blancos de Chamblee deber脥an formar un grupo de vigilantes para asustar a los inmigrantes.

La familiaridad parece haber engendrado s贸lo desprecio. Nueve a帽os despu茅s de la infame reuni贸n en el concejo de Chamblee, el comandante de la polic脥a, Wayne Kennedy, al otro lado de la carretera en Marietta, declar贸 a un reportero que su departamento hab脥a aplicado medidas dr谩sticas para los jornaleros debido a las quejas de los residentes con respecto a la basura y la orina en sus jardines.

"Supongo que es un asunto cultural", expres贸 Kennedy. "Probablemente en M茅xico orinar en las aceras es completamente normal".

El choque cultural era bastante predecible, dice Remedios Gomez Arnau, C贸nsul General de M茅xico en Atlanta.

"Estamos hablando de una ola de migraci贸n muy nueva en Georgia", expresa. "La mayor parte de estas personas nunca ha participado en trabajos de inmigrantes tradicionales. Provienen de los lugares m谩s pobres, m谩s rurales y empobrecidos de M茅xico y Guatemala. Y est谩n llegando a un lugar en el que las personas no est谩n familiarizadas con los trabajadores inmigrantes, ni con hispanos.

Un lugar en el que, seg煤n las palabras del representante estatal republicano Chip Rogers, "Todo el mundo ten脥a acento sure帽o cuando yo era ni帽o. 脡ramos parte del antiguo sur, para bien o para mal. Todos 茅ramos iguales".

Durante los d脥as de Jim Crow, algunos pueblos de la parte norte de Georgia hac脥an cumplir esa igualdad con mano dura. Las se帽ales con las que se advert脥a a los negros que deb脥an salir del pueblo al atardecer, algunas colocadas por funcionarios locales y otras por organizaciones locales del Ku Klux Klan y Consejos de Ciudadanos Blancos (White Citizens Councils), constitu脥an elementos t脥picos en las colinas que se extend脥an desde el norte de Atlanta hasta las monta帽as Blue Ridge.

Hace mucho que no se colocan esas se帽ales, pero esa forma de pensar a煤n perdura. "El prejuicio es un h谩bito demasiado viejo como para erradicarlo en Georgia", afirma Pilar Verdes, editora de noticias locales para el peri贸dico Mundo Hisp谩nico de Atlanta.

En cualquier parte de los EE.UU. al que se han mudado grandes cantidades de hispanos inmigrantes, han surgido grupos de protesta anti-inmigraci贸n. Pero la violenta reacci贸n en Georgia no s贸lo se ha visto estimulada por estos grupos "de tendencia dominante", sino tambi茅n por recios neonazis, activistas de "herencia" sure帽a y grupos de odio de supremac脥a blanca -- todos ellos declarando cosas sorprendentemente similares acerca de la "invasi贸n mexicana".

Para los activistas en la lucha por los derechos de los inmigrantes como Tisha Tillman, Directora Regional del sureste para el Fondo M茅xico Americano para la Defensa Legal y la Educaci贸n (Mexican-American Legal Defense & Educational Fund, MALDEF), los cr脥menes motivados por el odio en Canton simplemente muestran cu谩n profundamente est谩n calando los mensajes de estos grupos.

"Los j贸venes que cometieron estos cr脥menes han crecido escuchando a las personas decir que los hispanos son formas inferiores de vida", afirma. "Sabemos el tipo de efecto que tiene esa ret贸rica. Los jornaleros representan los indicios de que algo anda mal para las comunidades de inmigrantes -- ellos est谩n afuera, expuestos, como s脥mbolos visibles de la comunidad. Cuando est谩n siendo atacados, se sabe que algo anda muy mal".

El Klan entra en escena por la derecha
Una de las primeras se帽ales que indic贸 que el prejuicio antihisp谩nico de los habitantes de Georgia se estaba convirtiendo en odio surgi贸 en 1998, por cortes脥a del Klan. En Gainesville, la autoproclamada "capital av脥cola del mundo", los Caballeros Estadounidenses del KKK llevaron a cabo un mitin en Halloween en los pelda帽os de la sede del tribunal del condado de Hall, seguido por la quema de una cruz en el pueblo cercano de Winder. Al igual que en la mayor parte del norte de Georgia, ver a hombres rabiosos en caperuzas blancas no era nada nuevo en el condado de Hall. Pero el mensaje s脥 era nuevo.

"Vociferaban su desaprobaci贸n con respecto a la reciente llegada masiva de hispanos en la comunidad de Gainesville", escribi贸 Kathleen Cole, quien fotografi贸 el mitin para Flagpole, un peri贸dico alternativo con sede en Athens. Las v脥ctimas tradicionales del Klan -- negros, jud脥os, cat贸licos, homosexuales -- parec脥an haber sido olvidadas.

Ahora, expres贸 Cole, "predicar en contra de los inmigrantes ilegales" parec脥a ser el tema del d脥a.

Despu茅s de la respuesta turbulenta en contra del movimiento de los derechos civiles de los afroamericanos en los a帽os cincuenta y sesenta, las comunidades de negros y blancos de Gainesville hab脥an establecido una coexistencia mayormente segregada e inc贸moda antes de que sus nuevos vecinos hispanos empezaran a llegar. Pero los vestigios de la antigua resistencia blanca perduraron a trav茅s del tiempo.

Como en todas partes, el Klan se ha reducido en tama帽o con el pasar de los a帽os. Pero el Consejo de Ciudadanos Conservadores (Council of Conservative Citizens, CCC) de supremac脥a blanca -- sucesor de los antiguos Consejos de Ciudadanos Blancos -- tiene pr贸spero cabildo en el condado de Hall, que difunde el mensaje del CCC afirmando que "los Estados Unidos no s贸lo est谩 dejando de ser una naci贸n de mayor脥a blanca sino que tambi茅n est谩 dejando de ser una naci贸n que forma parte culturalmente de la civilizaci贸n occidental".

En Gainesville est谩 tambi茅n la sede de Georgia Heritage Coalition (Coalici贸n de Herencia de Georgia), la cual -- cuando no se encuentra defendiendo la bandera de la Confederaci贸n -- se encuentra corriendo la voz de que la "inmigraci贸n est谩 fuera de control, y que todo es una mentira".

Y en 2001, la organizaci贸n neonazi m谩s grande del pa脥s, Alianza Nacional (National Alliance), anunci贸 su presencia en el condado de Hall con un mitin organizado para protestar en contra de un centro de trabajo propuesto para los jornaleros locales.

Temiendo la violencia, los inmigrantes y sus aliados se abstuvieron de pasar cerca del mitin, en el que entre 30 y 40 miembros de la Alianza Nacional levantaron carteles con mensajes como "Estados Unidos es el tanque s茅ptico del mundo" y "隆Est谩 lleno!".

Pero Pilar Verdes del peri贸dico Mundo Hisp谩nico decidi贸 ver qu茅 ten脥an que decir los neonazis. Escuch贸 muchas cosas 鈥揺specialmente despu茅s de asistir a un mitin privado llevado a cabo m谩s tarde en la casa en Dahlonega del organizador de la Alianza Nacional, Chester Doles, un antiguo gran drag贸n del Klan.

"Esto no tiene nada que ver con el odio", Doles le asegur贸 a Verdes, quien inmigr贸 desde Venezuela en 1989. "Los hispanos van a conquistar los Estados Unidos. Vamos a ser la minor脥a".

Thomas Chittum, otrora mercenario en Croacia y Rodesia y autor del tomo anti-inmigraci贸n Civil War II: the Coming Breakup of America (Segunda Guerra Civil: la inminente separaci贸n de los Estados Unidos), retom贸 el tema de Doles. "El sureste va a ser ocupado por mexicanos, y esto dar谩 lugar aqu脥 al inicio de una Segunda Guerra Civil", expres贸.

"脡sta ser谩 una guerra 茅tnica".

"Era una experiencia surreal, como estar fuera de m脥 misma", cuenta Verdes. "Ten脥a que pellizcarme constantemente para estar segura de que efectivamente no so帽aba. Nunca pens茅 que fuesen tan tontos como para decir esas cosas. No estuve escondiendo mi grabadora. Son muy exhibicionistas. Y asustan".

"Esta naci贸n fue fundada por hombres blancos", narr贸 Steven Barry, redactor de la revista neonazi Resister y luego uno de los directores de la Alianza, a Verdes. "No necesitamos colores". Barry continu贸 hablando acerca de sus modelos de resistencia contra la llegada masiva de hispanos.

"Tres de mis h茅roes son Pinochet, Franco y la junta militar" -- la conocida junta militar de Argentina. "Pinochet deber脥a venir a los Estados Unidos y resolver nuestros problemas", dijo Barry a Verdes. "Es bueno torturar a las personas que se lo merecen".

Finalmente, Verdes fue ahuyentada 鈥搚 corri贸 tan r谩pido como pudo鈥� por un neonazi a quien no le agradaron sus preguntas. Pero el cabildo de la Alianza Nacional de Doles, uno de los primeros del pa脥s en organizarse para tratar los asuntos de inmigraci贸n, reci茅n estaban empezando.

Tres meses despu茅s del mitin, empezaron a aparecer volantes en los parabrisas de los autos en la zona metropolitana de Atlanta que proclamaban, "Desaparecido: el futuro de los ni帽os blancos". Doles declar贸 para The Atlanta Journal-Constitution que su grupo "cubrir脥a" al estado para que se "tomara conciencia del problema que representa la inmigraci贸n".

Un a帽o despu茅s, la Alianza Nacional llev贸 a cabo otro mitin en Gainesville para protestar en contra de lo que llamaron "la ola marr贸n... convirtiendo al condado de Hall en una fosa s茅ptica m谩s del Tercer Mundo". A pesar de la llovizna, el neonazi atrajo el doble de asistentes que apoyaban la causa en comparaci贸n con la concurrencia del a帽o 2001.

Doles dirigi贸 una marcha alrededor de los crespones en flor de la plaza central del pueblo de Gainesville, bramando: "驴Qu茅 queremos?"

Recibi贸 como respuesta, "Botar a los mexicanos".

"驴Cu谩ndo queremos que esto suceda?"

"隆础丑辞谤补!"

El 脥mpetu de los neonazis se aminor贸 el a帽o pasado cuando Doles cay贸 en prisi贸n con cargos relacionados con armas de fuego. Pero para Greg Bautista, quien dirige el proyecto El Puente Community Action en Gainesville, su apasionada ret贸rica ya ha cumplido con su objetivo. "Esos m脥tines se realizaron cuando la gente empezaba a profesar abiertamente su odio", se帽ala. "Crearon un espacio p煤blico para ese tipo de mensaje, ese tipo de discurso".

Su problema es que no quieren que haya m谩s color en los Estados Unidos', dice el senador del estado Sam Zamarripa con respecto a los antagonistas anti-inmigraci贸n.
(Valerie Downes)

Organizando la resistencia
Nadie ha hablado m谩s sobre los peligros de los inmigrantes en Georgia que D.A. King. Ex Marine proveniente de Marietta, una zona residencial en las afueras de Atlanta a la que se han mudado personas blancas huyendo de la presencia de otras razas, King contribuye de forma regular con art脥culos de "Georgiafornia" al sitio web de odio anti-inmigraci贸n, VDARE.com.

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A fines de los a帽os noventa, trabaj贸 en Georgia Coalition for Immigration Reduction (Coalici贸n para la Reducci贸n de la Inmigraci贸n en Georgia). Aliada con el grupo anti-inmigraci贸n m谩s grande del pa脥s, la Federaci贸n para la Reforma Inmigratoria en los Estados Unidos (Federation for American Immigration Reform, FAIR), la coalici贸n ha organizado protestas y llenado su sitio web con hechos y cifras acerca del impacto de la inmigraci贸n sobre los contribuyentes en Georgia.

El pasado oto帽o, King decidi贸 que eso no bastaba. Tras jubilarse temprano de su agencia de seguros, emprendi贸 un esfuerzo mucho m谩s ambicioso: American Resistance (Resistencia Estadounidense), una "coalici贸n nacional de luchadores contra el crimen de la inmigraci贸n".

"La reforma de la inmigraci贸n es un asunto muerto para m脥", dijo King. "No quiero hablar acerca de aminorar el n煤mero de inmigrantes legales. Quiero poner un alto al crimen de la inmigraci贸n ilegal".

Tres d脥as despu茅s de que anunciara la existencia de American Resistance en VDARE y en , King expres贸 que ya hab脥a recibido 630 correos electr贸nicos de personas interesadas en pagar US$39 por derecho de membres脥a.

Casi un a帽o despu茅s, s贸lo dice que tiene "menos de 5.000" miembros activos a nivel nacional y "menos de 1.000 en Georgia". Pero King promete que "no se detendr谩 hasta tener 1 mill贸n de miembros" -- con suerte a tiempo para las elecciones de 2006 -- y oficinas con personal a tiempo completo en los 50 estados.

"La ANR es un modelo comercial excelente", dice, refiri茅ndose a la poderosa Asociaci贸n Nacional del Rifle, y su objetivo es tener ese mismo tipo de influencia en la pol脥tica de Estados Unidos.

Aparte de eso, King es algo vago con respecto al tipo de "resistencia" que planea expandir. 脡l exhorta a los miembros a reportar a los inmigrantes ilegales en las sucursales de la Oficina de Inmigraciones y Aduanas (Bureau of Immigration and Customs Enforcement , BICE) cuando los vean, algo que King hizo en septiembre de 2003, despu茅s de toparse con una foto de tres inmigrantes ilegales en la primera plana del peri贸dico de Marietta. King llev贸 los nombres y direcciones a los agentes de la BICE en Atlanta. Dos meses m谩s tarde, se puso furioso al descubrir que dos de ellos estaban a煤n libres por las calles de Marietta, como "s脥mbolos andantes de la anarqu脥a que est谩 destruyendo a los Estados Unidos". Su conclusi贸n: "Adi贸s leyes, hola anarqu脥a".

Este septiembre, cuando se realiz贸 un mitin para apoyar la entrega de licencias de conducir para inmigrantes en el Capitolio estatal, King alent贸 a los agentes de la BICE a arrestar a aqu茅llos que llevaran carteles y explic贸 a un peri贸dico local, "Si levanto un cartel en el que afirmo querer robar bancos legalmente, entonces creo que no me equivoco al decir que soy un ladr贸n de bancos".

En ausencia de la migra, King organiza contraprotestas. Cerca de 50 miembros de la American Resistance se presentaron en el mitin para protestar contra la entrega de licencias de conducir. Llevaban carteles con mensajes como "Gringos por los Estados Unidos" y coreaban lemas como "隆No te doy mi pa脥s!" y "隆Hagan cumplir la ley!". 鈥揳 pesar de que sus coros se vieron a menudo ahogados por lo que King describi贸 como "una multitud de entre 800 y 1500 inmigrantes ilegales y aqu茅llos que permiten su estad脥a, gritando".

Aqu茅llos "que permiten su estad脥a" -- grupos como el MALDEF y el Consejo Nacional de La Raza -- son los verdaderos intolerantes en este debate, insiste King. "Las fuerzas racistas que conquistar脥an nuestro pa脥s han dejado en claro sus intenciones", declara en el sitio web de la American Resistance.

"Los d脥as de amenaza e intimidaci贸n por parte de los inmigrantes ilegales a los ciudadanos estadounidenses que muestran el coraje de protestar en contra del despojo nacional deben llegar y llegar谩n a su fin".

'Deseo que sufras'_La tem谩tica de la victimizaci贸n de los blancos de D.A. King se expres贸 memorablemente despu茅s de que protestara contra la Marcha por la Libertad de Conducir de los Trabajadores Inmigrantes cuando pas贸 por la zona residencial de Doraville, en Atlanta, en oto帽o de 2003.

Al ver m谩s de 2.000 hispanos marchando a trav茅s del peque帽o pueblo que en alg煤n momento del pasado fuera homog茅neo, King escribi贸 en VDARE, "Tuve la sensaci贸n de haber abandonado mi pa脥s natal y de haber sido transportado a una aldea mexicana, dominado completamente por una muchedumbre furiosa y casi sin restricci贸n. ... Luego de retornar a casa sano y salvo, mi primera reacci贸n fue ducharme".

Cuando se le pregunt贸 qu茅 porcentaje de los ciudadanos de Georgia estaba de acuerdo con sus sentimientos, King no dud贸 en contestar. "Probablemente el 95%", expres贸.

Ciertamente, cuenta con algunos poderosos aliados pol脥ticos. Tres congresistas de la parte norte de Georgia, los republicanos Charlie Norwood, Nathan Deal y Phil Gingrey, pertenecen al controversial C贸nclave del Congreso para la Reforma Inmigratoria (Congressional Immigration Reform Caucus), dirigido por el demagogo anti-inmigraci贸n, Tom Tancredo, congresista por Colorado.

En la Asamblea General de Georgia, el representante del estado Chip Rogers del condado de Cherokee ha patrocinado tres proyectos de ley anti-inmigraci贸n, uno de los cuales privar脥a de todos los servicios estatales a los inmigrantes ilegales. "No creo que estas personas est茅n viniendo a los Estados Unidos para hacer uso de nuestros servicios sociales, nuestras escuelas o nuestros hospitales", expresa Rogers.

"Est谩n viniendo a trabajar. Pero no podemos perder de vista la manera en la que est谩 afectando a nuestro sistema de cuidado de la salud, nuestras prisiones y nuestras escuelas. Un estudio demostr贸 que el estado de Georgia gast贸 US$260 millones en la educaci贸n de inmigrantes ilegales el a帽o pasado".

Rogers reconoce que "algunas personas est谩n empezando a atacar a otras motivadas por el odio", pero culpa de la mayor parte a los mismos inmigrantes. "Realmente creo que de no ser por los altos niveles de inmigraci贸n ilegal, no tendr脥amos ataques ni prejuicios, incluso si existiera a煤n un alto n煤mero de hispanos en Georgia.

"Con tantos ilegales, las personas tienden a asumir que todos son ilegales, y luego se dan comentarios como, 'No pude acceder a la sala de emergencias porque hab脥an demasiados ilegales'. Eso alimenta el prejuicio".

Rogers admira los esfuerzos de King con la American Resistance, los cuales considera generan una "gran investigaci贸n". Pero mantiene su distancia, dice, porque, "algunos de sus asociados tienden a ser radicales".

Aunque normalmente se encuentran en extremos opuestos en cuanto a asuntos legislativos, Rogers no obtendr脥a desaprobaci贸n alguna del senador dem贸crata del estado Sam Zamarripa con respecto a este asunto.

"Si la American Resistance tuviera intenciones genuinas con respecto a la reducci贸n de inmigrantes, estar脥a protestando en contra de los grandes empleadores de los Estados Unidos", dice Zamarripa, uno de los proponentes de los derechos de los inmigrantes m谩s francos y abiertos del pa脥s.

"Las grandes compa帽脥as son las que buscan mano de obra barata, y el verdadero cumplimiento de las leyes de inmigraci贸n tendr脥a que empezar con el cumplimiento de las leyes en el lugar de trabajo. Pero no es eso a lo que exhortan, porque 茅se no es su problema. Su problema es 茅tnico. Su problema es que no desean m谩s razas en los Estados Unidos. Ellos representan lo peor en esta tem谩tica anti-inmigraci贸n, la de extranjeros que destruyen los Estados Unidos".

Zamarripa ha pagado un precio por ir en contra de los activistas anti-inmigraci贸n, y por patrocinar proyectos de ley como la propuesta para las licencias de conducir en el Senado estatal. "Me observan y me rastrean", dice Zamarripa, quien en efecto es materia de una "Vigilancia a Zamarripa" en la American Border Patrol (Patrulla Fronteriza Estadounidense), un sitio de odio anti-inmigraci贸n que a menudo contiene las notas que King env脥a desde Georgia.

American Border Patrol ha llamado a Zamarripa "agente mexicano" y "Reconquista" (lo que significa que es parte del supuesto plan del gobierno mexicano para "reconquistar" partes de los EE.UU.). Cada vez que se lo menciona en VDARE o en American Border Patrol, dice Zamarripa, comienza a recibir correos electr贸nicos 鈥�"cartas de amor", las llama鈥� de los fan谩ticos anti-inmigraci贸n.

Sigui茅ndole el rastro a la historia de la "Vigilancia de Zamarripa" de King con respecto al asunto de las licencias de conducir este verano, el senador recibi贸 un mensaje de correo electr贸nico que lo dej贸 particularmente perturbado. "Espero es que cuando se produzca el pr贸ximo ataque terrorista en los Estados Unidos... tus hijos sean los receptores de ese terror. S脥, tus hijos. Quiero que sufras".

"Estos mensajes est谩n directamente correlacionados con la atenci贸n que recibo por parte de la American Resistance", dice Zamarripa. "Pienso que estas personas est谩n operando justo al norte de los vigilantes. Pueden no ser grupos de 'odio' tradicionales, como el Klan, pero es parte de su atractivo no serlo. Ofrecen un refugio seguro y "respetable" para el odio y el fanatismo intolerante".

Fanatismo oficial
En la cargada atm贸sfera de la parte norte de Georgia, el fanatismo tiende a surgir en entornos sorprendentes -- como en las c谩maras del concejo de la ciudad. Este septiembre, 12 a帽os despu茅s de que un concejal de Chamblee recomendara sorprender a los inmigrantes con trampas para osos, surgi贸 una discusi贸n en lo que se supon脥a deb脥a ser una reuni贸n rutinaria del concejo de la ciudad en la vecina Doraville.

En Doraville, que en otros tiempos fuera una zona residencial con una poblaci贸n sobrecogedoramente blanca de 10.000 personas, descrita en la canci贸n del grupo pop Atlanta Rhythm Section como "un toque del campo en la ciudad", en la actualidad el 43% est谩 conformado oficialmente por hispanos -- y quiz谩 el 60% en t茅rminos no oficiales.

La ciudad ha sido testigo de algunas "mudanzas a zonas puramente blancas" en respuesta, pero no por parte de sus funcionarios elegidos: Hasta el pasado enero, el alcalde y seis miembros del concejo de Doraville eran todos de raza blanca de entre 60 y 73 a帽os que han estado en sus cargos por m谩s de dos d茅cadas. El concejo ahora cuenta con un miembro de la comunidad hispana y una mujer. Pero el antiguo r茅gimen se hizo escuchar el 20 de septiembre

Doraville hab脥a decidido cobrar US$2.000 por concepto de seguridad policial a los patrocinadores de una marcha denominada "Festival de la Raza" realizada el 12 de octubre -- una cuota sin precedentes ni bases en la ley local.

Cuando los miembros del grupo patrocinador de la marcha, la Coordinadora de L脥deres Comunitarios latinos en Atlanta, decidieron asistir a la reuni贸n del concejo del 20 de septiembre para protestar, el senador del estado Vincent Fort de Atlanta los acompa帽贸.

Fort, profesor de historia en la universidad Morris Brown Collage, quien representa a un distrito de la ciudad predominantemente afroamericano, pens贸 que imponer una comisi贸n por concepto de seguridad "constitu脥a una violaci贸n al derecho de libre expresi贸n. Para m脥 estaba claro que estaban siendo tratados de forma distinta por ser quienes eran".

Como activista de los derechos civiles y estudiante de la historia de los derechos civiles, Fort sinti贸 que deb脥a unirse a los protestantes. De hecho, 茅l fue el primero en hablar. Pero tan pronto como comenz贸, Lamar Lang, antiguo alcalde de Doraville que ahora forma parte del concejo, lo interrumpi贸 para cuestionar el derecho de Fort a dirigirse al concejo.

"El que sea un senador no me impresiona", Lang asegur贸. "Voy a decir las cosas como son".

Despu茅s de un corto pero acalorado intercambio de palabras, Fort retom贸 la lectura de su declaraci贸n a favor de los marchistas. Y luego Lang realmente se enfureci贸. "Los latinos son par谩sitos", declar贸. "La ciudad no tiene por qu茅 pagar los cargos incurridos por los ilegales".

Un par de semanas m谩s tarde, Lang emiti贸 una suerte de disculpa, diciendo, "Quiz谩 no deb脥 haber hecho esa declaraci贸n". Despu茅s de algunas negociaciones con el jefe de la polic脥a de Doraville, el Festival de la Raza se llev贸 a cabo sin problemas. Por supuesto, D.A. King y un grupo de miembros de la American Resistance estuvieron entre la multitud.

Tras la reuni贸n del concejo de la ciudad, Fort no pudo evitar la impresi贸n que le causaron los paralelos entre la pasada respuesta en contra de los derechos civiles de los negros y el movimiento anti-inmigraci贸n actual.

"Al fin y al cabo, Lang expresaba lo que muchas personas en Doraville 鈥搚 toda esta 谩rea -- creen. A medida que sus n煤meros aumentan, seremos testigos de m谩s y m谩s resentimiento en contra de los latinos en Georgia, no menos".

"Y especialmente cuando ellos empiecen a sentirse m谩s seguros y a defender sus derechos, no va a ser nada agradable. Sabemos eso gracias al movimiento de los derechos civiles.

"Tomemos como ejemplo los cr脥menes motivados por el odio en Canton. Las personas normalmente no reportan ese tipo de incidentes, porque muchos de ellos son ilegales y le temen a la polic脥a. Si se reportan uno o dos casos, significa que est谩n cometi茅ndose muchos cr脥menes m谩s. Y no veremos el fin de esta situaci贸n en un futuro cercano".

Vivir y morir en Georgia
Mientras que el debate sobre la inmigraci贸n en Georgia est谩 por alcanzar un punto decisivo, Domingo Lopez Vargas espera que se haga justicia; justicia y un pasaje a casa. Habiendo prometido que no trabajar谩 m谩s como jornalero, en la actualidad labora en turnos de noche, cortando pollos en la planta cercana de Tyson, luchando con el dolor que le paraliza el brazo derecho cuando mata un ave.

Pero es s贸lo temporal, se帽ala. "Llam茅 a mi esposa y le dije lo que hab脥a sucedido. Me dijo que regresara a Guatemala. Yo quer脥a regresar, pero no ten脥a suficiente dinero y los oficiales de la polic脥a me indicaron no salir del pa脥s porque todav脥a me iban a necesitar para resolver el caso. Cuando termine el caso, quiero regresar con mi familia".

Puede tomar mucho tiempo. Hasta el cierre de esta edici贸n, no se hab脥a determinado una fecha para el juicio de los asaltantes de Lopez. La demora no sorprende particularmente, ya que el Fiscal del Distrito y ambos jueces de la Corte Superior del condado de Cherokee se retiraron del caso, poniendo en evidencia sus lazos con la prominente familia republicana del acusado Ben Cagle. El proceso judicial tuvo que trasladarse al condado vecino de Cobb, sede de la American Resistance.

Hasta el 25 de octubre, cuando la ley sobre cr脥menes motivados por el odio en Georgia se declar贸 inconstitucional por su vaga redacci贸n, los activistas estuvieron presionando al fiscal del distrito del condado de Cobb para que presentara cargos por crimen motivado por el odio en contra de los asaltantes de Lopez -- y en contra de aqu茅llos que asaltaron a Carlos Perez y Elias T脥u.

"Estas v脥ctimas fueron claramente elegidas porque eran jornaleros latinos", expresa Tisha Tillman del MALDEF. "Y si van a declarar que el motivo del asalto fue robo, 驴por qu茅 se apu帽e贸 y golpe贸 a estos hombres con palos y tubos?"

Debido a que se reportan tan pocos casos de atrocidades inflingidas a hispanos -- y se llevan a juicio a煤n menos -- Angela Arboleda, analista de derechos civiles del Consejo Nacional de La Raza, manifiesta que la justicia es especialmente importante en este caso, as脥 sea un crimen motivado por el odio o no.

"El mensaje transmitido por estos asaltos ya es lo suficientemente malo", declara. "Si alguien se levanta a las 5am y desea trabajar arduamente en Georgia, est谩 poniendo su vida en peligro".

Cada ma帽ana de un d脥a laboral, a los pies de la colina en la que est谩 ubicada la vieja casa de hilander脥a de algod贸n en la que Lopez vive, grupos de trabajadores a煤n se re煤nen para asumir ese riesgo.

En una ma帽ana nublada a finales de septiembre, un par de docenas de personas se reunieron en las oficinas de la organizaci贸n Ministries United for Service & Training -- MUST -- (Ministerios Unidos para el Servicio y la Capacitaci贸n), un edificio de ladrillos de dos pisos transformado en uno de los pocos centros de trabajo para jornaleros en Georgia. MUST brinda una medida de seguridad, tomando nota de los nombres de los contratistas y los n煤meros de las placas de sus veh脥culos en caso de que se presenten problemas.

Pero muchos contratistas prefieren detenerse en las calles, donde se encuentran docenas m谩s de hombres esperando en frente de la Tienda Guatemalteca y de La Luna Panader脥a, donde no se requiere la presentaci贸n de documentos de identidad.

"Todos saben que es peligroso", dice Manolo, un joven entusiasta de 22 a帽os natural de Chiapas, al sur de M茅xico, quien se ofreci贸 como voluntario en MUST una ma帽ana a fines de septiembre.

"A los estadounidenses no les gusta pagar. 脡se es normalmente el problema. Pero algunas personas han sido asaltadas y golpeadas justo all谩", y se帽ala en direcci贸n a la calle en la que se encuentra uno de los puntos informales de reuni贸n para buscar trabajo, donde docenas de jornaleros se han congregado alrededor de la camioneta de un contratista, rogando por trabajo.

Una pocas cuadras m谩s all谩, en La Luna Panader脥a, Antonio (quien prefiri贸 no proporcionar su apellido) piensa que las cosas han mejorado en algo desde que lleg贸 a Canton cuatro a帽os atr谩s.

En ese entonces, "los estadounidenses sol脥an arrojarme cosas desde sus autos cuando pasaba por esta calle para ir a almorzar". En una ocasi贸n memorable, cuando caminaba por el parque local con algunos amigos, dice que un grupo de hombres blancos y negros pasaron en un auto y les dispararon con pistolas de balines.

Eso no ha vuelto a suceder en bastante tiempo, asegura Antonio. Pero un d脥a del a帽o pasado, cuando lleg贸 a su trabajo encontr贸 a un hombre muerto en la acera. "Ten脥a contusiones en todo el cuerpo, como si le hubieran dado una golpiza", declara Antonio.

Vino la polic脥a, se llevaron el cuerpo, y "La comunidad latina a煤n no sabe qu茅 fue lo que sucedi贸". Y tampoco la polic脥a de Canton. Pero desde que los estudiantes de la escuela secundaria Cherokee High School fueron sitiados, declara el jefe adjunto de la polic脥a, Jeff Lance, no se han reportado m谩s casos de cuerpos de hispanos con contusiones en Canton.

"Todo ha estado realmente calmado", dice Lance. "Toco madera".